Resumen y sinopsis de Ventajas de viajar en tren de Antonio Orejudo
La agente literaria Helga Pato tiene que internar a su marido en un sanatorio. A la vuelta conoce a un individuo que dice ser psiquiatra y que se lanza a perorar sobre sus pacientes. Así da comienzo una sucesión de acontecimientos y personajes extraordinarios, enigmáticos y disparatados que se dan cita en Ventajas de viajar en tren, del escritor, filólogo y profesor madrileño Antonio Orejudo, autor de Carta de Batalla, Las epístolas familiares o Fabulosas narraciones por historias.
Antes de leer algo “profundizo” en el autor a través de internet y los medios que tenga al alcance. Pensé que este autor era lo que en varios sitios se decía de él: divertido e irónico, pero encontré algo muy desasosegante que me desconcertó. Una mezcla de narrativa de terror norteamericana actual con suspenso. No sé realmente cómo explicarlo pero ha sido una de las lecturas más extrañas que he hecho en mi vida y no creo que sea lo mío. Vislumbro un autor en búsqueda y alguien que lee muchos manuales de psiquiatras. Todo muy raro y retorcido. No creo que vuelva a leer nada de él. Perturbador.
Tiene ritmo y originalidad. En mi opinión algo superficial, es pretensión del autor huir de los libros profundos que dan vueltas a temas sin llegar a ninguna conclusión y narrados en primera persona. Escenas muy duras narradas con mucha distancia e ironía.
Novela de novelas, a cual más surrealista. El autor juega con el lector, tejiendo una madeja de historias consecutivas, a veces entrelazadas, cuyos protagonistas comparten una tara mental formidable. La sensación del lector es la de ir perdiendo comba, pero a base de cercanía y buen humor, que vaya sí ayuda, hasta que el narrador, cualquiera de ellos, nos vuelve a enderezar inopinadamente en la trama. 150 páginas que se hacen cortas, no hay mayor elogio en el ramo.
Un tanto irregular, pero contiene partes absolutamente hilarantes. Si se lee sin excesivos prejuicios, aporta momentos de buena diversión.
Un horror sin paliativos. Libro sin pies ni cabeza, una tremenda pérdida de tiempo.