Resumen y sinopsis de Los metabarones de Alejandro Jodorowsky
El linaje principal que centro los ocho volúmenes de esta serie es el de los Castaka, una casta de guerreros invencibles, habitantes de un planeta que encierra un gran secreto: la epifita. Esta sustancia es capaz de despojar de gravedad a cualquier objeto, por grande que sea. Accidentalmente, el secreto es desvelado, y el clan debe venderlo al Imperio, con las consecuencias que ello traerá. Las recreaciones fantásticas del artista argentino Juan Giménez y los delirios metafísicos de Alejandro Jodorowsky se unen para crear una de las mejores sagas de ciencia ficción que ha dado el cómic actual. La presente edición incluye todos los títulos publicados hasta el momento.
Jodorowsky y Juan Giménez nos brindan la oportunidad de volver al universo alucinante de "El Incal", en esta ocasión para contarnos la historia del personaje secundario conocido como el Metabarón, un guerrero intergaláctico poco menos que invencible, perteneciente a una estirpe de luchadores sobrehumanos que se rigen por un código de honor semejante al de los samuráis. A lo largo de sus cinco generaciones, la familia de los metabarones parece destinada tanto a realizar grandes hazañas como a sufrir un destino trágico que se heredará de padres a hijos, un destino que siempre tiene en común el asesinato (más concretamente, el parricidio), el incesto y la mutilación. Son personajes grandiosos y heroicos que nos horrorizan de la misma manera que nos conmueven. Las tragedias griegas, los cuentos y mitos antiguos, el psicoanálisis y las filosofías más dispares... están muy presentes, cual cúmulo de influencias que el chileno sintetiza para narrarnos algo épico y universal. Y lo hace teniendo siempre presente el componente lúdico del pulp más desmadrado, imaginativo y gamberro, con reveses inesperados que mantienen el interés incluso cuando el asunto puede volverse repetitivo a causa del carácter tan cíclico de la trama. Un ejemplo de ello es la subtrama paralela de los dos robots que hacen las veces de cuentacuentos y de ávido oyente de tan fantásticos hechos, estupendos secundarios cómicos que progresivamente irán integrándose en el relato principal.
Los metabarones, tan capaces de un amor sin límites como de un odio y una destrucción totales comienzan por ser los guardianes de unas esencias, de valores puros y aristocráticos. Su evolución, por lo tanto, sería un proceso de corrupción similar al que afecta al decadente imperio galáctico que demanda sus servicios (y que representa todo lo contrario a lo que ellos son). Sólo con la llegada del último y anónimo descendiente se pondrá fin al hado fatal de la familia y será posible recuperar una suerte de espiritualidad olvidada. El compendio de criaturas, planetas alienígenas, civilizaciones y peligros a los que se enfrentan los protagonistas parece poco menos que inagotable; dignos de algún mundo medieval donde la violencia y todo tipo de peligros permanecen muy presentes… sin embargo, un despliegue de tecnología en forma de sofisticadas armas, androides, naves espaciales, técnicas quirúrgicas, etc. no es en absoluto incompatible, perpetuándose, por ejemplo, la casta de los metabarones de las maneras más insólitas (el aspecto sexual, la doble polaridad de lo masculino y lo femenino, del cuerpo y la mente, juega también un rol importante)... y eso que el chileno no duda en reciclar descaradamente ideas de "Dune", especialmente durante los primeros números. Finalmente, añadir que el estilo de dibujo no tiene nada que envidiar al de Moebius, aún siendo muy diferente, al apostar por un color y un trazo de apariencia mucho más realista.