Resumen y sinopsis de Lazos de familia de Clarice Lispector
Lazos de familia –publicado inicialmente en 1960–, marcó el regreso definitivo de Clarice Lispector a Brasil luego de una prolongada residencia en el exterior, así como el reconocimiento por parte del público y la crítica. Muchos de los textos que componen este libro consagratorio parecen retomar las temáticas que Clarice ya había esbozado en sus primeras novelas Cerca del corazón salvaje (1943) o La araña (1946), en especial las minucias de las relaciones familiares, sus miserias y también sus misterios.Ha participado en esta ficha: bclaudia
Relatos de difícil clasificación que abordan, como su título indica, los vínculos familiares, sus resortes, silencios, claves, y especialmente la condición de la mujer en la época en que se escribieron, oprimida en su condición servil, maternal y de ama de casa. Relatos que, sin embargo, prescinden de la claridad del discurso rotundo, adentrándose en la digresión, en una realidad movediza donde el argumento se quiebra en favor de las sensaciones, los pensamientos; entre lo poético, lo metafórico y lo psicológico, como buscando dar forma, nombrar lo que no tiene nombre. Los personajes se hunden en descubrimientos, confusiones y revelaciones tanto para sí mismos como para el lector, confrontado con una sensibilidad radical y un poco bruja, extraña y extraordinaria; fantasía sin fantasía que brota de lo cotidiano, de una escritura por momentos abstracta pero que se sirve a veces de imágenes concretas y va a los sentidos, con el lenguaje siempre como materia prima y siempre cobrando apariencias imprevistas.
La dialéctica entre poseer y ser poseída se explora magistralmente en “La imitación de la rosa”, donde las flores son eso tan bello y perfecto frente a quien no deja de ser un puro ornamento humano, a quien resulta inconcebible tener algo propio y no para el disfrute ajeno. En la vida ordenada y meticulosa de estas mujeres tienen lugar pequeñas rupturas o paréntesis inestables, instantes para dejarse arrastrar (“Devaneo y embriaguez de una muchacha”) antes de volver a lo de siempre. A lo cómodo y razonable, lo hogareño que es puesto en cuestión con violencia, debido al contacto con una naturaleza bruscamente seductora y peligrosa (“Amor”) donde un ciego funciona como metáfora de la visión, o capacidad de ver, contagiarse de lo que pasaba inadvertido. “La mujer más pequeña del mundo” es un exótico descubrimiento selvático que produce todo tipo de impresiones (compasión, curiosidad, desconcierto, cierta crueldad...) en la gente, pero también es portadora de una forma única y mucho más pura de amor.
En una fiesta familiar, con sus hipocresías habituales, la anciana homenajeada es un cero a la izquierda, un cuerpo inanimado (“Feliz cumpleaños”), pero que se rebela y desprecia en silencio a su progenie. La incomprensión de la adolescencia, las obligaciones escolares, el temor femenino a ser tocada por un hombre (“Preciosidad”), se materializan en el ruido del caminar de unos zapatos, en un crudo relato con el abuso sexual de fondo. La familia es redescubierta de pronto, en sus afectos y en sus rivalidades, por una mirada estrábica (“Lazos de familia”), al margen del rol que cada uno desempeña. “Misterio en Sao Cristobao”, extraordinario y fantasmagórico, lleva otra vez a una frágil feminidad perturbada, con disfraces que sacan lo auténtico, inocencia vulnerada, culpa, más jardines y flores que hablan de algo más, en un contexto nocturno.
Los hombres, en especial aquellos que ejercen el poder con despotismo, viejos y sin debilidades aparentes (“La cena”) esconden su fragilidad bajo una fachada, pero nada pasa desapercibido para el ojo atento, que puede atisbar ese dolor como en un fogonazo. Y en “Comienzos de una fortuna”, el adolescente descubre el significado del dinero, el salir ganando o perdiendo, o concebir las relaciones humanas como una cuestión de que nos deban algo. También hay animales, como el de “Una gallina”, fábula en torno a un ser insignificante, anónimo y carente de raciocinio, que experimenta impulsos de libertad, cuya condición maternal y productiva permite al menos brevemente aplazar su destino final. Animales humanos y humanos animales se cruzan en “El crimen del profesor de matemáticas”, sobre la culpa ante un crimen cometido contra una mascota cuyo castigo decide expiar y asumirlo el propio criminal. Finalmente, los temores de una mujer presa de sentimientos de violencia contenida, derivados de la pasión y el desengaño amoroso, se ven misteriosamente cifrados en una oscura figura animal en un zoológico (“El búfalo”).