Resumen y sinopsis de Las tribulaciones del estudiante Törless de Robert Musil
Las tribulaciones del estudiante Törless es la obra más popular de Robert Musil, la primera con la que obtuvo un notable éxito de crítica y público. Muchas cualidades la convierten en su novela más asequible, aunque no sea menos profunda que Tres mujeres o Uniones. La ambigüedad de los personajes, jóvenes cadetes sometidos a la disciplina alienante de una sociedad aristocrática en un momento en que el Ejército era la máxima expresión del patriotismo y por lo tanto no cuestionaba sus métodos, desempeña un papel crucial en la narración. Poseedores y poseídos, verdugos y víctimas, el mundo de relaciones de la adolescencia, en manos de Musil, se convierte en un infierno del que ni siquiera Törless, personaje emblemático de exacerbada sensibilidad y fulgurante inteligencia, puede salir.
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Hasta el momento, Törless ha sido un niño que apenas ha conocido el mundo ni a sus iguales, ni se ha separado de la protección de sus bondadosos progenitores. A raíz de un hecho vergonzoso y trivial, un robo cometido por un compañero de clase, se cuestionará la tranquila estabilidad que conocía y descubrirá la crueldad extrema a la que puede llegar al ser humano, el incierto posicionamiento moral ante el que nos colocan ciertas situaciones… y para colmo, algo que le acabará por perturbar sin remedio; el despertar de su sexualidad.
Inscrita en una tradición tan germánica como es la “novela de formación” (Hesse, Goethe...), narra la confusión y percepciones nacientes de un adolescente en una institución educativa para jóvenes cadetes. Por buscar referentes menos obvios, su argumento recuerda también poderosamente a “Ladrón de cuarteles” de Tobias Wolff.
Encontramos constante introspección psicológica, divagación, una expresión más bien barroca de las interioridades difusas y aquellas situaciones cotidianas que las desencadenan, sin perjuicio de metáforas, comparaciones, relevancia de espacios físicos y de un ámbito de sombras, noche, de lo onírico y lo oculto de una época eminentemente racional, pero sólo en la superficie.
El hallazgo de una realidad ambigua, percibida a partir de cierta sensualidad y deseo, obsesionará al joven Törless, que hacia el final de su vivencia dejará por siempre de ser el mismo. Una realidad a la que constantemente se alude en forma de circunloquios poco claros, pero que no es otra, diríamos, que la del mal… ese algo innominable pero que está ahí, al acecho, y que él debe afrontar de alguna manera sin estar preparado, indefenso ante unas emociones que no entiende y que en el fondo nadie entiende; ni siquiera los adultos (padres, formadores, grandes hombres de ciencias y de letras) con su supuesta autoridad, pero sin respuestas. Ese mal es, además, el mal en una de sus peores formas; el ejercido colectivamente por los miembros de un grupo cerrado.
Las matemáticas y sus límites lógicos sirven, en un momento dado, como analogía de esos sentimientos irracionales e incomprensibles donde no alcanza el pensamiento. Tiene lugar a lo largo del libro una descripción terrorífica del proceso de degradación, humillación y maltrato al que puede ser sometida una persona, para lo cual debe procederse a despojarle de sus cualidades humanas más elementales y de cualquier dignidad, tomando como excusa algo que supuestamente es, o que ha hecho. La justicia real u oficial va por un lado, ocultando incluso las ruindades, y por otro va una “justicia” arbitraria que saca a relucir lo más oscuro que llevamos dentro. Peor aún es el modo en que la víctima asume su rol, aprende a entrar en este juego perverso, convivir con un horror que no hará sino acrecentarse fuera de control.
Los dos “amigos” de Törless, Reiting y Beineberg, se sirven de distintas teorías y actitudes para justificar sus actos, sean las filosofías de origen oriental en torno a la anulación del ego y la exploración de los misteriosos recovecos del alma, o bien una falta de escrúpulos a la hora de engañar y manipular a los demás. Queda, en definitiva, la violencia, ejercida a escondidas y en secreto, en rincones abandonados, húmedos y abyectos, donde “todo está permitido”… y aquí llegamos a la última, pero no menos controvertida cuestión; la homosexualidad y su vivencia tortuosa y culpable, conforme a eso que se siente, pero que no tiene nombre. El deseo, si tiene algo de sano, se vuelve por lo tanto sórdido, al igual que la piedad o la amistad, entra dentro de la lógica de la víctima y el verdugo, que posicionan a nuestro protagonista aunque no lo quiera. La culpa, entonces, ya no es de quien experimenta el deseo prohibido, sino del deseado, que con su supuesta vileza nos envilece. Sin llegar a haber un erotismo explícito, sí que hay una considerable carga morbosa en el tratamiento de estas cuestiones, y el autor fue valiente a la hora de abordar estas cuestiones tabú para su época.
Buena novela para tratar el tema de la juventud. Törless se enfrenta a una Europa rígida que se acerca al abismo.
"Entonces Törless ya no buscó palabras. La voluptuosidad que, poco a poco, se le había ido metiendo furtivamente desde aquellos primeros momentos de desesperación, había alcanzado ahora sus plenas dimensiones. Y le susurraba: "En la soledad, todo está permitido..."
Primera obra de Robert Musil, con rasgos autobiográficos, que le ganó celebridad por su polémica temática, la de un joven, Törless, que ingresa a un instituto de enseñanza donde experimenta situaciones como la sensación de nostalgia y soledad, adaptarse a un nuevo ambiente, la relación con compañeros (Beineberg, Reiting y Basini) de personalidades sibilinas, pretendidamente dominantes, con excepción de un Basini que provocará en Törless "placeres claroscuros", la confrontación característica de una etapa de la juventud que experimenta los significados de la sexualidad naciente, la ambigüedad que trastoca ese ser interno del protagonista, de quien el autor va desgranando su pensamiento, su forma de ser, discurriendo por planteamientos filosóficos y de vida, los cuales intentan explicar la actitud asumida por Törless en diferentes momentos transcurridos en el instituto.
Buen abordaje de la psicología de los personajes, así como el tratamiento de la sexualidad, el remordimiento, la percepción del mundo interior y exterior, las inseguridades propias ante lo desconocido y la búsqueda de una identidad surgida por las experiencias vividas. Una obra trascendental y valiente, considerando la época en que se escribió y los tópicos planteados.