Resumen y sinopsis de El elefante desaparece de Haruki Murakami
Una maravillosa muestra del talento narrativo de Murakami que nos abre las puertas a otras realidades y nos lleva de la mano a mundos fantásticos.
Un hombre que se obsesiona con la insólita y misteriosa desaparición del elefante de un zoo, un abogado en paro que recibe el encargo de su mujer de encontrar a su gato, una pareja de recién casados que deciden atracar un MacDonald’s en plena noche, una curiosa digresión sobre los canguros, un enano diabólico que baila, un joven empeñado en burlarse de su futuro cuñado, un pirómano confeso... Los protagonistas de todos los relatos que componen este volumen esperan algo. Un accidente, un hecho azaroso. Al contrario que esta obra, donde nada, absolutamente nada, queda al azar.
Alternando páginas inquietantes e hilarantes, El elefante desaparece es una prueba más de la capacidad de Murakami para cruzar la frontera entre lo cotidiano más realista y lo fantástico, transformando así la trivialidad de nuestras vidas.
Aunque le otorgo un notable bajo, hay que subrayar el hecho de que este compendio de cuentos es bastante irregular. Hay muy buenos cuentos mezclados con otros donde el final deja mucho que desear. Los de tipo extraño me gustaron mucho. En ellos aparecen criaturas sorprendentes que crean originales tramas, como un enano que se apodera del cuerpo del protagonista en sueños, un monstruo verde que surge del suelo del jardín o extraños hombres diminutos surgidos de la pantalla del televisor. Por otro lado, los relatos llenos de infidelidades o donde el protagonista no sabe que' hacer con su vida son los peores, ya que el autor no cierra correctamente esas historias. Luces y sombras por tanto.
La fluidez del argumento a lo largo de los 17 relatos son toda una delicia y forman parte de un conjunto muy atractivo y ameno que contribuye positivamente en una recopilación de historias repletas de originalidad, variedad y fantasía. Muy recomendable.
Los cuentos de Murakami son atípicos. Tan atípicos que no complacen a quienes prefieren los cuentos a las novelas. El cuento, según lo han descripto excelentes autores, es una flecha que no se desvía hacia su destino, es una esfera cerrada y perfecta (Cortázar), tiene principio, medio y final como una partida de ajedrez. Murakami, buen escritor que emplea buenas metáforas, crea climas, ambienta, muestra a sus personajes debatiéndose con angustias cuasioníricas, pero como cuentos fallan casi todos, no redondean, no completan, permanecen navegando en sus propias aguas. El mejor, a mi criterio (y el que más puede considerarse un cuento) es "El enanito bailarín". Pero, como lector de cuentos, no releería este libro
Leo "El elefante desaparece", el último libro que el japonés Haruki Murakami hace protagonizar a distintos personajes (femeninos y masculinos) que -sin saber en qué momento se rompió la brújula de su vida y desconociendo qué hacer después- esperan algo, ya sea un accidente o un hecho azaroso. Un abogado, un pasante, una pareja de recién casados o un empleado del control de calidad, entre otros personajes desorientados, son descritos con maestría por el autor de este volumen de relatos perfectamente calculados, sutiles y poéticos ("El sonido remueve el polvo que flota en la oscuridad"). Así, el novelista, manejando con soltura imposibles metáforas existenciales, consigue plasmar con acierto el paso del tiempo; la atmósfera de las escenas; las distintas perspectivas de los asuntos y, los sentimientos, inquietudes y actitudes propias ante la vida de estos protagonistas con sentimiento de vacío que, mientras esperan que ocurra algo, tratan de ser felices con las decisiones que toman. Interesante flujo y reflujo de la vida cotidiana, de 6,5.
Algunos relatos me gustaron, otros no me disgustaron y la mayoría son claustrofobicos y muy agónicos, estresantes y muy en la linea de este escritor.
No llegue a conectar con el libro.
...desaparece, igual que mi interés por este autor tan laureado. No digo que no lo merezca, pero no cojo el truquillo a sus relatos de "trama" y lenguaje curiosos...