Resumen y sinopsis de El país del desastre amoroso de François Lelord
Ulik es un esquimal y su tribu ha sido recientemente nombrada Patrimonio de la Humanidad. Viaja a París a título de embajador y allí irá descubriendo las costumbres de los occidentales sobre todo respecto a relaciones entre hombres y mujeres. Mientras que en su país, la familia es una alianza para siempre, donde cada miembro tiene su papel bien definido, en París muchas mujeres viven solas y da la impresión de que los hombres no las entienden. Las mujeres parisinas quieren ser independientes y desarrollar su carrera, pero en el fondo anhelan ser protegidas y a veces dominadas por un hombre fuerte y a la vez cariñoso. Los hombres, por su parte, están perdidos en esta sociedad en la que ya no saben cuál es exactamente su papel frente a unas mujeres que no parecen necesitarles para nada.
Estupefacta. Así es como me siento después de haber leído El país del desastre amoroso. Y es que no se si me da más pena la sociedad machista Inuit o nuestra sobrada sociedad, donde se busca constantemente el conflicto entre géneros y ya nadie sabe que papel representar (si es que ha habido alguno).
El primer libro que leo de François Lelord, el autor, me ha parecido interesante por la complejidad del tema. Pese al intento Lelord no deja de ser un autor normalito, que posee un estilo de escritura burdo y simplón. Algo que consigue con una prosa dinámica, desarrollada a medias y peor estructurada, un lenguaje en su mayoría funcional, en el que solo destaca algún término del lenguaje Inuit, y unas descripciones sosas y poco atractivas. Y luego están los personajes. La verdad es que todos ellos dejan mucho que desear. Construidos sin demasiadas ganas y con poco acierto, acaban resultándote pesados e irritantes. Y esto es especialmente importante con Ulik, el protagonista de la trama que con su desesperante mirada simplista y antigua no consigue darte una buena impresión.
La historia de la que trata El país del desastre amoroso es la clásica comparación a través de un personaje entre dos culturas tan diferentes como pueden ser la Inuk y la francesa. Así que en este libro tenemos a Ulik, un joven esquimal que ha sido elegido para representar a su pueblo en la ONU. Su tribu acaba de ser declarada Patrimonio de la Humanidad y él debe asistir a una serie de debates y conferencias. Así que Ulik llega a París y allí tendrá que acostumbrarse a otro tipo de vida. Frente a su visión simplista de las relaciones humanas, que se basan en mantener unos roles de género que aquí suenan anticuados, Ulik descubrirá el enorme abanico de posibilidades que rigen las complicadas relaciones occidentales, donde las mujeres son autosuficientes y no aceptan a cualquier como compañero, y donde los hombres no saben cómo comportarse y les cuesta a adaptarse al nuevo modelo de mujer fuerte y segura de sí misma. No voy a comentar nada más para no destripar lo fundamental. Pero sí voy a decir que a pesar de que hay algunas reflexiones agudas e incluso, humorísticas sobre los roles de cada género, detectas un desequilibrio a la hora de recibir críticas. Y es que el género femenino se lleva la peor parte en una novela en la que da la sensación que pedir fidelidad e independencia es una utopía y la causa de la mayoría de las separaciones. Y sigue así la cosa hasta el final, que es un bodrio y lo peor de todo el libro. El desenlace no es solo absurdo y predecible, si no un happy ending de manual, que no te convence del todo.
En resumen, El país del desastre amoroso es una novela interesante que da una visión parcial de cómo se ven las relaciones románticas en nuestras sociedades. La idea es buena, pero el desarrollo nefasto y la historia tan banal se cargan cualquier posible lección positiva que el libro pueda contener.