Siempre brillante en el análisis de cualquier tema que abordara, Russell deslumbra aquí exponiendo con claridad y sencillez cómo las formas de organización social no deben anular al individuo. Estudia el capitalismo y el sistema de salarios, los peligros del socialismo, la libertad individual frente a la intervención estatal, para finalizar con lo que considera tensión entre la independencia nacional y el internacionalismo. "El sentimiento nacional es un hecho... pero no es en sí mismo un sentimiento bueno o admirable. Nada hay de racional ni de deseable en una limitación de la simpatía que la confine a un fragmento de la raza humana". Al desnudar las falacias capitalistas expresa "El sistema de salarios ha hecho creer a las gentes que lo que el hombre necesita es trabajo. Esto, desde luego, es absurdo. Lo que necesita el hombre son los artículos producidos por el trabajo, y cuanto menos trabajo haya de hacerse para producir una cantidad de artículos, mejor".
Siempre brillante en el análisis de cualquier tema que abordara, Russell deslumbra aquí exponiendo con claridad y sencillez cómo las formas de organización social no deben anular al individuo. Estudia el capitalismo y el sistema de salarios, los peligros del socialismo, la libertad individual frente a la intervención estatal, para finalizar con lo que considera tensión entre la independencia nacional y el internacionalismo. "El sentimiento nacional es un hecho... pero no es en sí mismo un sentimiento bueno o admirable. Nada hay de racional ni de deseable en una limitación de la simpatía que la confine a un fragmento de la raza humana". Al desnudar las falacias capitalistas expresa "El sistema de salarios ha hecho creer a las gentes que lo que el hombre necesita es trabajo. Esto, desde luego, es absurdo. Lo que necesita el hombre son los artículos producidos por el trabajo, y cuanto menos trabajo haya de hacerse para producir una cantidad de artículos, mejor".