Resumen y sinopsis de La educación sentimental de Gustave Flaubert
Los mejores libros jamás escritos.
«No leáis La educación sentimental como los niños: por diversión; ni por instrucción, como los ambiciosos. Leedla para vivir.»Gustave Flaubert
La historia de un ambicioso joven de provincias que se enamora de una mujer casada sirvió a Flaubert para crear uno de los hitos estilísticos de la literatura universal, La educación sentimental (1869), quizá su obra maestra, sin duda una de las novelas más perdurables de todos los tiempos.
En la cubierta del barco que le lleva de París a su ciudad natal, Frédéric Moreau se quedará prendado de la belleza de la señora Arnoux. Este será el punto de arranque de las tribulaciones de un joven que sueña con alcanzar fama y fortuna y que, de regreso a París, frecuentará al señor Arnoux para estar cerca de su secreto amor. Todo ello tendrá lugar en un escenario esplendoroso, el París de mediados del siglo XIX, la capital de la burguesía emergente, donde la intensidad del placer se mezcla con el inevitable tedio y el resplandor de uno de los periodos cruciales de la historia europea: la revolución de 1848.
Esta edición, que presentamos en una traducción coetánea -modernizada- que conserva todo el vigor del original, se abre con un estudio de Pierre-Marc de Biasi, reconocido experto en la obra de Flaubert. A modo de apéndice se facilita una cronología de la redacción de la novela, campo recurrente, el de la genética textual, para comprender las cotas de perfección que alcanzó el autor.
«Todas las calles conducían a su casa; los coches se estacionaban en las plazas, únicamente para ir allá más deprisa.»
No conecto con Flaubert, sigue sin decirme grandes cosas después de cuatro novelas. Me parece que les pasa algo a sus obras, quizás claridad por presión social de la época. A la generación posterior encabezada por Zola no le pasa.
Magnífica. La elegancia de Flaubert en las descripciones y en los diálogos, el realismo con que recrea el período revolucionario de la Francia de 1848, el carisma de sus personajes y el interés que despiertan las andanzas amorosas de Frederic, hacen de "La educación sentimental" una novela que se disfruta en cada página. Cabe mencionar que no es un libro para leer del tirón, requiere abordarlo sin prisa.
Sobre todo es una novela de amor. Un amor imposible, obsesivo, eterno que sufre nuestro joven protagonista Federico. Federico es un burgués acomodado, soñador, melancólico, de voluntad débil y lo único que es capaz de motivarle, activarle y demostrar algo de ambición es todo lo que gire alrededor de su amada, la señora de Arnoux.
Debido a esta actitud anodina y neutral Federico es el perfecto observador para a través de él entender la sociedad y la política de Francia de mediados del XIX que nos lleva desde la Monarquía, hasta la llegada del Segundo Imperio pasando por la Segunda República. Muchos personajes secundarios salen en la novela que nos ayudan a entender la sociedad francesa en este periodo pues los hay obreros, socialistas, burgueses, comerciantes, aristocráticos, republicanos...
Nada. No lo conseguí...o no lo consiguió. No había leído nada de Flaubert y deseaba iniciarme con su obra maestra. Llevaba tiempo con el libro en mi pequeña biblioteca y de vez en cuando le echaba un ojo, pero no me decidía y aplazaba lo que en principio pensaba que sería un inmenso placer. Cuando finalmente consideré que ya tocaba y lo empecé, noté desde las primeras páginas que no conectábamos, me costaba entender dentro de la supuesta sencillez los diálogos, cosa que además conseguía irritarme y sin saber si la culpa era mía, de Flaubert o de la quizás especialilla traducción de Giner de los Ríos. Seguí con la esperanza e ilusión de que ese problema sería puntual y que como puede suceder en con otras obras lo que me estaba pasando era la lógica adaptación previa y ya sea a un nuevo o escritor o un nuevo estilo. Pero no, seguí con esos problemas hasta el final, quizás sí encontrando momentos brillantes pero...
La Educación Sentimental es de esos libros que cuesta leer porque el título o el tema es realmente un pretexto para contar muchas más cosas. De hecho el protagonista es más una escusa para unir los distintos personajes que reflejan la representación de los individuos de la época.
Cada escena para Floubert es realmente una escusa para hablar de su época y de su tiempo con sumo detalle, como si pintara un cuadro realista.
Es de esos libros que aunque te cuesta disfrutar de ellos después sientes que ha merecido el esfuerzo de haberlo leído.