Resumen y sinopsis de El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad
Un descenso a los infiernos del colonialismo. La novela que inspiró Apocalipsis Now. El corazón de las tinieblas es una de las novelas más estremecedoras de todos los tiempos, además de una de las obras maestras del siglo XIX. El libro cuenta el viaje que el protagonista, Marlow, hace por un río del Congo en busca de Kurtz, un agente comercial que al parecer se ha vuelto loco, ya que cruza la débil línea de sombra que separa el bien del mal y se entrega con placer a las más terribles atrocidades.Han participado en esta ficha: bclaudia ccasconm
"El corazón de las tinieblas" está basada en una vivencia del propio novelista, que pasó un año navegando las aguas del Congo, y tiene, por ello, elementos autobiográficos. En lo estructural, está escrita como una narración dentro de la narración. Es decir, que aunque el personaje que relata los hechos a sus amigos es Marlow, álter ego de Conrad, quien lo escribe es uno de los amigos presentes en la conversación, lo que le permite situarse en un territorio ambiguo y marginal.
En las primeras páginas de la novela, Marlow nos introduce a la historia que va a contar a un grupo de alegres amigos a orillas del Támesis, haciendo un paralelismo entre la Inglaterra de aquellos días y el país oscuro que debió ser en la época de la conquista romana. Marlow pide a sus amigos que se imaginen ese lugar visto por los ojos del aristocrático capitán de una trirreme: “imagináoslo aquí, en el mismísimo confín del mundo, un mar del color del plomo, un cielo del color del humo, ríos, bosques, marismas, salvajes… siente que la barbarie, la más absoluta barbarie, lo va rodeando”. El refinado romano tiene que vivir en medio de lo incomprensible –y detestable− pero que ejerce una fascinación sobre él: la fascinación del abismo.
De tal modo, en la época en que se sitúa la narración, África representa para Conrad la última frontera de la civilización, el paradigma de lo primitivo, lo salvaje en estado puro. Identificándose con el capitán de la trirreme, Marlow nos describe con una intensidad apasionada la línea oscura e impenetrable de la jungla, la ausencia de caminos, la maleza que se come las veredas y las trochas, que invade al mismo río; nos cuenta la barbarie del salvaje, al que no comprende, al que no intenta comprender, su estulticia y dejadez, pero también la hipocresía del hombre blanco, ganado por la avaricia y la desidia; y deja constancia de la amenaza permanente de lo desconocido, de lo incomprensible, del latido bárbaro de la inmensidad selvática.
Pero las tinieblas que señala el título de la novela no son sólo exteriores, sino también interiores. Nos dice el autor que en el corazón de cada hombre, por más civilizado que sea, hay un resto de salvajismo, un instinto que tira de nosotros y puede absorbernos como un remolino, la tiniebla interior que se comió a Kurtz, una abominación que lo fascinó como los ojos de un hipnotizador.
La lectura de "El corazón de las tinieblas" es un ejercicio recomendable para quien guste de la buena literatura, recomendable porque nos da una visión de la moral europea frente a la colonización africana, porque nos presenta una foto fija de ese continente hace más de un siglo y, sobre todo, porque aunque en estos tiempos esté cayendo en el olvido, Conrad, incluso traducido, sigue siendo uno de los grandes novelistas del siglo pasado, provisto de una prosa exacta y rica en vocabulario, y un maestro en la descripción y en la disección interior de sus personajes.
El corazón de las tinieblas, título que me parece muy original. Primer libro que me leo de Conrad y tiene un estilo difícil, resultando denso el relato, se ha de leer bastante concentrado para captar todo lo que quiere transmitir. A pesar de ser corto da la impresión de ser más largo por la intensidad de la historia.
Me sentí uno más en la expedición por el río buscando al agente Kurtz, a medida que te adentras en la selva y la oscuridad crece la tensión psicológica hasta el desenlace final. La novela decrece en su último tercio porque se crean grandes expectativas sobre Kurtz y el personaje queda desaprovechado.
Lo mejor es la denuncia que se hace del salvaje colonialismo europeo en el Congo y a pesar de que en ocasiones se hace difícil su lectura lo recomiendo mucho.
"El olor del fango, del fango primitivo, ¡por Júpiter!, estaba en mis narices; y ante mis ojos, la profunda quietud del bosque primitivo; había manchas brillantes en la negra ensenada. Yo me preguntaba si la quietud en la faz de la inmensidad que nos miraba a los dos significaba una llamada o una amenaza. ¿Qué éramos nosotros que nos habíamos extraviado allí?, ¿podríamos dominar aquella 'cosa' muda o nos dominaría ella a nosotros? ¿Qué había allí dentro?"
Basada en las propias experiencias del autor, esta obra presenta un sórdido recorrido por las entrañas del colonialismo europeo y su accionar en el indómito territorio africano del Congo, durante el reinado de Leopoldo II de Bélgica.
La misión de búsqueda del capitán Marlow para localizar a un agente comerciante de marfil, Kurtz, es el pretexto que permite desarrollar un trasfondo donde se refleja la condición humana y su lucha contra la naturaleza, la soledad y el aislamiento individual, los excesos de la conquista y sus consecuencias, el enfrentamiento del "espíritu civilizador" ante un mundo salvaje, tenebroso, anárquico, a la vez que misterioso y fascinante, indoblegable aún a los designios de dominación, aspectos que se perciben a través de un choque de emociones bien personificado en las figuras ya mencionadas de Marlow y Kurtz.
Con toques de denuncia social, el relato simboliza también cierto derrumbe de falsas creencias morales las cuales, pese a todo, intentan sobrevivir al acecho del caos y la oscuridad que representa lo desconocido.
Una de las grandes obras de Conrad, que le dio reconocimiento en el mundo literario.
Una estupenda obra literaria, de esas que no se olvidan y te marcan. Creo que tiene un estilo magistral. Y por eso mismo no es una lectura para todo el mundo. En muchas ocasiones tienes que estar tan concentrado y te envuelve en la atmósfera de la novela que llega a resultar asfixiante.
Me ha costado acabar, y eso que tenía muchas ganas, pero me he perdido un poco con tanta atmósfera, y el capitán Kurz se me queda muy pobre.
Una buena historia inspirada en las tragedias de otro continente.
Hay una barca. El Támesis. Comienza el recuerdo de la caza de Kurtz. Un viaje al horror.
Obra maestra, este libro tiene la atmósfera perfecta para contar las atrocidades de Leopoldo ll de Bélgica. Humanos reducidos a la nada misma, el vacío, el horror.
De esos libros que te dejan una sensación especial, aunque hay que estar atento para no perderte.
Para disfrutar este cuento es preciso venir leído de casa, y entender así la situación que imperaba en la comunidad internacional del momento. Colonización y explotación, el río y el mar de fondo, tanto da, y el endiosamiento, un tanto incomprensible, de un explorador roto en tótem y cacique. El estilo algo engolado, que a veces obliga a no perder el control sobre la trama. La extensión de la obra la pone al alcance de cualquiera. De ahí quizá el mito.
El suspenso emana de cada página de este libro. Le habría dado más puntos si es que el estilo del autor hubiera sido un poco, sólo un poco más simple, pues en momentos resultaba fácil desorientarse. Pese a eso, es un libro que, como se dice, se lee solo