Resumen y sinopsis de Platero y yo de Juan Ramón Jiménez
En breves prosas, el poeta, en diálogo con Platero unas veces, en su compañía otras, va captando la belleza de la realidad exterior por un lado; por otro, la belleza de la relación entre el hombre y su amigo Platero.Han participado en esta ficha: Mely albertojeca
Gran clásico de Juan Ramón Jiménez, lleno de lirismo y sentimiento. Platero, "peludo, suave, tierno y mimoso pero fuerte y seco por dentro, como de piedra", se convierte en compañero de aventuras y en confidente de las impresiones y los pensamientos del autor a lo largo de su vida. Se estructura en pequeñas anécdotas que van ocurriendo, sin orden cronológico específico, y que acaban por convertirse en recuerdos muy apreciados y valorados por el autor, con Platero como el principal testigo.
Una obra conmovedora y de gran valor literario.
LA BELLEZA Y SUS ARISTAS
Los comentarios que acompañan este libro suelen destacar su ternura, su autenticidad o su aparente sencillez. Aunque sólo sea para contrariar, quiero dejar constancia de que los tonos ásperos, sombríos y trágicos también tienen una presencia capital en los 138 capitulillos o poemas en prosa de "Platero y yo".
Es sabido que el estado de ánimo del lector influye en la percepción de lo que lee. En este caso habría que leer este libro en un estado de ingenuidad rayano con la estupidez para pasar por alto la negatividad esparcida por todo el texto.
Dominan en él las descripciones de paisajes (físicos o anímicos) en las que siempre están presentes la nostalgia, la melancolía o la misantropía. Es cierto que hay capítulos llenos de alegría y juegos de niñas, de sol y campo, de inocencia y pureza. Pero hay otros tantos dominados por la enfermedad, el miedo, el dolor, la miseria o la muerte.
En este libro, la luminosidad y el goce de la Naturaleza se da la mano con la desesperanza y el desasosiego. Hay en él crítica social que, en un contexto de poema lírico, suena tan incendiaria como un panfleto de Proudhon; hay alusiones al maltrato de los animales, a las injusticias no penadas por La Justicia, a la marginación, al hambre, a unos aldeanos sumidos en la brutalidad y la ignorancia...
Aquellos lectores que hayan leído el delicioso ensayo de Inmanuel Kant "Lo bello y lo sublime" estarán de acuerdo con aquel paisano de Moguer que decía después de leer este libro:
- Mire v'oste, uno no zabe d'ezto; pero ezto ej zublime, por mi güevo que'j zublime.
Un clásico de la literatura española venido a menos. A los amantes de los animales les encantará el cariño que el protagonista siente por el burro, pero cuando llevas un rato empalaga tanto cariño y tanto paisaje idílico. Es bueno leerlo si tienes un día nefasto, pero se hace eterno puesto que siempre es básicamente lo mismo: paseo con el burro por el campo andaluz y un bonito paisaje.
Muy tierno y poético. Se aprecia más aquí el valor de J.R. J. que en el resto de poemas.
Poético y breve. Personalmente me resultó aburrido.
Te deja impactado por su gran riqueza lingüística, su primoroso lirismo, su extremada dulzura y su extraordinaria belleza.
Una joya poética que debe leerse a pequeños sorbos, con calma y sin prisas.
Recomendable para todas las etapas de la vida.
Quizás si lo hubiera releído de adulto hubiera podido apreciar su belleza poética. Pero leído en mi infancia como lectura escolar obligada, mi recuerdo es de algo insulso, donde no había relato, acción, novela, argumento, sólo preciosismo de escritura. Y nada más.
Una prosa poética de una sensibilidad tal que hace de las escenas, entornos, cotidianidad... que rodean a Juan Ramón y a Platero unas imágenes gozosas a la imaginación.
Platero es un nombre general de una clase de burro, de pelaje gris plateado. Juan Ramón Jiménez nos cuenta que no tuvo uno sino varios y la suma de los recuerdos con todos ellos le dio el ente y el libro, donde expresa sus vivencias, sus pensamientos y sus sentimientos, de manera profunda, pero clara y sencilla. Un libro para leer tranquilamente, sin prisas, para disfrutar especialmente de su prosa.
Bueno, mas que un relato es una poesía. Siento no estar acostumbrado a leer poesía para poder valorar mejor esta que sin duda es muy buena.