Resumen y sinopsis de Cuentos completos de Oscar Wilde
Antes de alcanzar fama universal como autor de teatro y brillante conversador, Oscar Wilde ganó su prestigio inicial con la publicación de sus primeros cuentos: la aparición de El crimen de lord Arthur Saville y El fantasma de Canterville en 1887 le granjeó cierta notoriedad por su irónica manera de abordar dos géneros puramente británicos: la novela de detectives y la novela gótica. Crítico con la aristocracia y las clases altas de la sociedad inglesa o norteamericana, Wilde envolvía sus relatos en una distancia, en un humanitarismo irónico que poco tenían que ver con el naturalismo que en ese momento dominaba el panorama literario europeo.
Esta edición de los Cuentos completos de Oscar Wilde, a cargo de Mauro Armiño, presenta los textos ordenados cronológicamente y los acompaña de breves notas que aclaran referencias a acontecimientos o personajes de la época. En ellos puede apreciarse el germen de los temas que más tarde dominarán el teatro de Oscar Wilde: la novela negra y la narración detectivesca, las preocupaciones artísticas de la época, la delicadeza imaginativa, el romanticismo de sentimientos, la afirmación de valores tales como la generosidad, la lealtad o la amistad, el desprecio por el pragmatismo y la burla de la vanidad y del orgullo, o la descripción de la belleza despiadada y cruel en un relato como El cumpleaños de la infanta, que tendrá su expresión más acabada en su novela El retrato de Dorian Gray y en su tragedia más conocida, Salomé.
Tan desigual el nivel de estas narraciones como temáticas que aborda o al público al que van destinados. Cómicos, tristes, mordaces, bellos...todas las características caben para definir lo que nos producen.
Relatos sencillos que llegan al corazón.
La mayoría de ellos son extraordinarios.
Oscar Wilde era un escritor talentoso y de una extrema sensibilidad.
Mi favorito es, sin duda, "El gigante egoísta", que leí cuando era un crío y que me dejó marcado.
Los cuentos de Wilde son sencillamente geniales. Marcaron profundamente mi infancia, pero son recomendables para lectores de cualquier edad.
Inconmensurable. Para reír, llorar, entristecerse, ponerse uno eufórico; admirarse del enorme talento de Wilde.