Resumen y sinopsis de Shikasta de Doris Lessing
Johor enviado del planeta Canopus, somete a observación al planeta Shikasta, mucho más atrasado y bárbaro. Este planeta se encuentra al borde de la aniquilación a causa de las guerras, hambre, enfermedades y los desastres ambientales. Toda esta situación está ocasionada por la nefasta influencia del planeta Shamma, que persigue la destrucción de la civilización en el universo. Este libro es completamente diferente a todo lo que Lessing había escrito con anterioridad. La segunda novela de la serie, también es diferente, con apariencia de fábula, una leyena del tipo más clásico y sencillo. La serie se completó con una tercera entrega, también narrada con un estilo nada convencional.
No pude terminarlo. Cuando iba por el tercio del libro (que se me hizo eterno) decidí abandonarlo. No quise seguir perdiendo el tiempo en una lectura que no va conmigo porque, siendo honesta, el libro no es malo, su planteamiento es bastante interesante. Propone que la evolución de la vida en los planetas es controlada por tres milenarios imperios galácticos rivales, quienes, a través de pequeñas intervenciones, en equilibrio con los diferentes eventos astrales, van dirigiendo el destino de las especies. Cada uno de los imperios tiene diferentes características que, por supuesto, imprimen en los planetas y que en ocasiones, entran en conflicto desbaratando el plan que uno u otro pudiera tener. Por su parte, los efectos de las intervenciones que se realizan sólo se ven reflejados cientos, o incluso, miles de años después.
A pesar de lo anterior, debo reconocer que la lectura se me hizo muy pesada y poco motivadora, no porque fuera compleja o con muchos tecnicismos, de hecho es todo lo contrario. Pero los sucesos se van desarrollando con tanta pasividad, que se siente que no se avanza, casi podría compararla con el concepto de evolución. Tampoco ayuda el hecho de que prácticamente no hay diálogos, ya que casi todo el libro está escrito simulando el informe del emisario de uno de los imperios.
Tampoco es un misterio que Shikasta es la Tierra (de hecho, en la edición que leí está explícito en su contratapa) y en ese contexto, la lectura se transforma en un informe de la evolución de nuestro planeta a través de la mirada de los intervencionistas de otros planetas que luego, bien podrían ser los profetas que se nombran en los escritos de diferentes religiones. Ese toque pseudo religioso también me cansó.