Resumen y sinopsis de Siempre somos demasiado buenos con las mujeres de Raymond Queneau
Publicada por primera vez en 1947, y atribuida entonces, como si correspondiera a una persona real, a la ficticia escritora irlandesa Sally Mara, Siempre somos demasiado buenos con las mujeres fue reeditada en 1971 como «novela de Sally Mara» firmada ya por Raymond Queneau, pero «traducida» por Michel Presle. Este juego de falsas cajas chinas da por sí solo una idea de la peculiarísima textura del libro.Los muñecos de esa insurrección son de serrín y tinta, y las explosiones son sólo chasquidos de palabra y escritura: pero, entre líneas, nos habla la voz de un moralista, al tiempo que la de un juglar de la narración. Irreverente, corrosivo, capaz de acoger en su lúcida y severa mirada lo tierno e irrisorio de la vida, Raymond Queneau ha pasado a la historia por ser uno de los narradores más originales y singulares de la literatura universal.
Novela corta con mucha ironía y mucha mala leche. Habla de la toma de la Oficina de Correos durante el Alzamiento de Pascua de 1916 por parte de un grupo perteneciente a la organización paramilitar de los Voluntarios Irlandeses. Queneau se inventó a una autora y un traductor ficticios para escribir bajo pseudónimo esta boutade donde se ríe de los radicalismos y juega con los elementos del metalenguaje literario.