Resumen y sinopsis de Kitchen de Banana Yoshimoto
Cuando se le muere la abuela, la jovencísima Mikage queda absolutamente sola en una casa demasiado grande y se refugia en la cocina, pues sólo en ella se siente a salvo («El lugar donde mejor se duerme es en la nevera», confiesa). Pero un día «ocurre un milagro» : Yuichi, «un chico simpático», llama a la puerta de Mikage y le sugiere que vaya a vivir a su casa, con su madre Eriko. Pero esta hermosa y acogedora mujer no es una mujer : es un hombre que pasó a ser mujer cuando la verdadera madre de Yuichi perdió la vida. Esta fábula, que se desarrolla entre ordenadores, electrodomésticos y sobre todo alimentos y guisos, pero también entre sentimientos de amor, amistad y complicidad, es en realidad una historia terrible, en que la soledad y la aridez emocional quedan, como por «milagro», mitigados por la inmensa sabiduría de otro mundo ancestral, afortunadamente aún latente, aún perceptible.
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Eriko es el padre/madre de Yuichi cuya figura se expande hasta copar múltiples espacios y ámbitos de la historia. No conozco Japón, pero en los libros que he leído de autores japoneses veo generalizado el rechazo a lo que es distinto a lo que se supone que sea, y lo encuentro en casi todas las narraciones de Kawabata o Mishima. Acá sucede lo mismo; a Eriko y su hijo los rechaza la familia porque no son lo que la sociedad nipona supone que deban ser, pero aun así Mikage los acepta y los ama. Y acá hay un cambio de paradigma, un cambio en la actitud de la sociedad que se refleja en los libros: mientras Kawabata aceptaba el rechazo y Mishima lo temía y lo sufría, Banana lo confronta y lo supera.
Otro plus del libro tiene que ver con la relación de Mikage con la comida y la cocina como espacio físico. Es el entorno donde tiene lugar esa catarsis que le permite hallarle un sentido a su existencia. A pesar de su sencillez, no me ha decepcionado para nada, y me abre mi apetito literario para seguir devorando literatura japonesa, que cada vez la encuentro más apetecible.
Ligero y sutil como una mariposa rozando apenas una flor.
Encuentra una forma sencilla de narrar, sin embargo no así la profundidad de los diálogos. Me gusto la primera historia y sus personajes.
La forma de transmitir los sentimientos de cada uno de los personajes nos hacen tener empatía con ellos y se vive la lectura. Vale la pena continuar siguiendo al autor.
Cuando leí su libro de relatos "Sueño profundo", tuve la firme impresión de haberme topado con un nuevo valor creativo de la siempre sugerente y afamada literatura japonesa.
Sin embargo, al leer "Kitchen" -su primera y premiada novela- me he llevado una decepción que no puedo de ningún modo disimular.
Me he dado cuenta que su temática es siempre la misma: Una sucesión repetitiva y recurrente que nos muestra como sobreponerse ante la pérdida, la ausencia, y el dolor en general.
Soso, flojo y frágil.
A años luz de Murakami, al que pretenciosamente pretende imitar.
Estoy enamorada, sentirme en la cocina de Mikage y oler todos esos platillos de japón, conocer a Eriko y esperar siempre la llamada de Yuichi, me gustó mucho el cuento y la distancia, sobre todo porque la muerte nos ha aplastado a todos, aunque no lo pedimos...
Dos historias cortas que nos reflejan el apego que se tiene a las personas y el como afrontar la soledad que se presenta de manera súbita, me parece que Yoshimoto hace un buen trabajo detallando la cultura de su país, en mi opinión su narrativa es fluida sin llegar a ser nada extraordinario
Me quedo con el segundo relato "Moonlight Shadow", que logra salvar el libro.
Yoshimoto no es Murakami y mi error fue comenzar con esa expectativa. Su estilo es muy sencillo y en frases cortas, simples y anécdotas aparentemente irrelevantes sustenta su narrativa.
La transexualidad no aparece de forma sórdida y lo hace ver como una característica más del personaje, sin mal gusto ni mucho interés en lo propiamente sexual.
Vale la pena leerla, es una experiencia diferente, acaso un atisbo a una cultura que nos resulta muy lejana.
Como con todos sus libros exalta la belleza de la sencillez de las cosas, sentimientos y situaciones, la trama de la historia te hace ver que hay algo mas allá de una experiencia triste y lamentable, una evolución... hasta volver a encontrar la estabilidad y tranquilidad.
Como toda la narrativa contemporánea japonesa que he leído hasta el momento, Kitchen utiliza una prosa ligera y liviana muy directa que hace la lectura muy sencilla y llevadera; las primeras páginas hacen uso de esta narrativa ultraligera (me recordó en algunas ocasiones a los diálogos directos y simples de los dibujos manga) exhaustivamente, pero en páginas posteriores las descripciones se hacen más líricas, completas, conseguidas, como si la autora fuese aprendiendo a escribir a medida que lo hace; Moonlight Shadow, al final del libro, es una evidencia de esta evolución aparente, ¿quién sabe la intención de la escritora?, sin duda ella misma, pero al final consigue transmitirla con más detalle y virtuosismo.