Resumen y sinopsis de Señora de rojo sobre fondo gris de Miguel Delibes
Un prestigioso pintor, sumido en una grave crisis creativa, va hilando ante su hija sus recuerdos más íntimos en un monólogo que es a la vez homenaje y exorcismo. Su relato se centra en dos acontecimientos: la detección de dos de sus hijos por motivos políticos y, fundamentalmente, la enfermedad y muerte de su mujer, Ana, a los cuarenta y ocho años. Ana contagiaba una sensación de belleza y plenitud que cobró su verdadero alcance sobre el fondo gris de lo cotidiano y los sinsabores de la enfermedad. Historia de un amor en carrera desenfrenada hacia la muerte y sobrecogedora semblanza de un personaje femenino, Señora de rojo sobre fondo gris es una profunda lección de humanismo y madurez artística que sólo Miguel Delibes podía ofrecernos.
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Para mí, una obra maestra. Siendo un acérrimo seguidor de Delibes, considero esta novela la obra más bonita del autor, recomendando mucho su lectura.
Me ha recordado bastante a "Cinco horas con Mario" y es un tipo de narración (la del monólogo) ya de por sí agobiante por momentos para aún encima tratar un proceso de enfermedad terminal.
Cuarto libro que leo de este autor y únicamente "El camino" me ha tocado la fibra.
Homenaje al ser más querido, narración sobre la pérdida en forma de monólogo fluctuante, hecho de recuerdos de la mujer amada, idealizada por un hombre hundido psicológicamente y que ha quedado a su manera igual de “muerto” que ella. En realidad ella, parece decirnos, no era alguien excepcional, más bien era alguien especial (que no es lo mismo), una de esas personas ante las que uno palidece en cierto modo, que son recordadas por su forma de ser, un tanto imprevisibles y difíciles de catalogar… en el fondo no deja de ser la típica mujer de su tiempo, ama de casa (con una habilidad especial para disponer los elementos de la casa, de la vida cotidiana), esposa y madre de muchos hijos, cargada de unos talentos que no desarrolla porque decide volcarse por entero en quienes tiene alrededor. La carga biográfica está clara, siendo el pintor un trasunto del escritor (artista, en líneas generales); la meditación en torno al bloqueo y al proceso creativo lleva a cuestionarse hasta qué punto el autor controla su obra y la inspiración depende de otras influencias difíciles de concretar.
La mujer como musa, y el arte, una verdad recóndita, una especie de termómetro para tomar el pulso a la vida, capaz de atrapar lo inasible. Los premios, la crítica, el prestigio profesional… poco importa esto cuando la muerte está próxima, haciéndose necesario conservar a la persona amada tal y como era; en cierto modo, la muerte es algo menos dañino cuando no llega a trastornar ni a degradar esa identidad, esa imagen de quien queremos, que le hace ser quien es. Elude el autor vallisoletano cualquier efecto melodramático y deja que el dolor se abra paso por sí solo, describiendo aún así con pelos y señales el lento pero definitivo avance de la enfermedad desde sus primeras manifestaciones. Nos hace llegar además un testimonio indirecto de un momento histórico, previo a la transición española, como son los últimos estertores del régimen franquista, la situación incierta de los presos en las cárceles por militancia política; una España gris a la que la figura familiar, intensamente viva, cuya huella aún permanece pese a todo, contribuye a dar color.
Delibes nunca defrauda. Maravilloso cómo entiende él el amor.
El título del libro es una síntesis perfecta del mismo. La energía que Ana le infunde a quien lo escribe se podría identificar con el ese color. El gris es la pena, la descripción de las circunstancias que rodean al personaje.
No veo la estructura clásica de: presentación - nudo - desenlace. Es “simplemente” la excelente exposición de los sentimientos de un marido abatido que idolatra la inocencia, la singularidad y la personalidad arrolladora de su esposa. El desenlace lo sabemos desde el primer momento. Tan solo es cuestión de paciencia.
Es una historia de revivir momentos compartidos, de compartir la aflicción por la muerte de un ser querido, de mostrar cómo la vitalidad puede esfumarse sin darnos tiempo a creerlo, de cómo el rojo se puede diluir hasta desaparecer en la paleta cuando el gris se espesa.
Es un libro muy bien escrito, pero de los que entre lectura y lectura pueden esperar, sin sentir el ansia de “no puedo dejar de leerlo”.
Bajo mi punto de vista Delibes tiene mejores obras.Me ha parecido una historia bastante simple y por momentos aburrida.
Libro que es al mismo tiempo un historia de amor y una retrospectiva histórica de la España de primeros del siglo XX. (Más que por aportes históricos propiamente dichos por la ambientación). Pero lo que es es, sobre todo, una bellísima descripción de la persona amada hecha desde la más profunda admiración. El libro, a fin de cuentas, es un monólogo, de padre a hija, sobre la vida y el carácter de la esposa y madre recién fallecida.
Delibes vuelve a demostrar su maestría con esta pequeña joya.
Su narración es bella, intensa y perfecta.
Para mí, es un hermoso canto de amor.
Una oda emotiva a la mujer que marcó sus pasos y llenó su vida.
Un espléndido homenaje a la compañera que le apoyó tanto en los buenos como en los malos momentos.
Triste, pero real como la vida misma.
Relato breve de Delibes con un matiz autobiográfico. Se nota la maestría y el dominio del lenguaje del maestro castellano. No obstante no me ha "llenado" como otros relatos de Delibes.
Recomendable como todos los libros de este excepcional autor.
En mi opinión no es de las mejores obras de este autor. Había leído opiniones muy buenas de ella y me ha parecido muy simplona.