Sin ser una maravilla, en este relato Delibes vuelve a enfrentar al niño con la muerte ajena, aunque no menos cercana. Los protagonistas infantiles en esta narración vivirán hasta dos entierros en pocos días: el de una vecina y el de su mascota, un conejo. Para pasar un rato entretenido, sin más.
Sin ser una maravilla, en este relato Delibes vuelve a enfrentar al niño con la muerte ajena, aunque no menos cercana. Los protagonistas infantiles en esta narración vivirán hasta dos entierros en pocos días: el de una vecina y el de su mascota, un conejo. Para pasar un rato entretenido, sin más.