Resumen y sinopsis de Cinco horas con Mario de Miguel Delibes
Una mujer acaba de perder a su marido y vela el cadáver durante la noche. Sobre la mesilla hay un libro –la Biblia– que la esposa hojea. Va leyendo los párrafos subrayados por el hombre que se ha ido para siempre. Una oleada de recuerdos le viene a la mente y empieza un lento, desordenado monólogo en el que la vida pugna por hacerse real otra vez. La pobre vida llena de errores y torpezas, de pequeños goces e incomprensiones. ¿Ha conocido Carmen alguna vez a Mario? Escuchemos el irritante discurrir de la pequeña y estrecha mentalidad de la esposa. Otro hombre irá poco a poco descubriéndose, para todos menos para ella, con toda su desesperanza y su fe en la vida.Ha participado en esta ficha: Ceres_Asturias
«No hay duelo sin risa, ni boda sin llanto»
Es un refrán que me vino a la cabeza nada más empezar el libro. Desde niña, cada vez que había un muerto en mi pueblo, siempre había alguien que lo recitaba. Yo misma lo viví cuando murió mi abuela paterna. Tenía solo diez años y me llevaron a pasar la noche en casa de unas primas. Reímos hasta no poder más, mientras nos recordábamos que la abuela estaba muerta y que aquello no estaba bien.
Con Carmen, la viuda, me ha pasado algo parecido. No solo he disfrutado de la prosa de Delibes, magnífica en todos los sentidos, sino también de unas horas de duelo muy amenas por la forma en que Carmen le habla a su difunto marido.
El comienzo del libro lo he interpretado como el velatorio, el punto de partida que da paso a la obra. Estas primeras páginas me llevaron a confusión, porque tenía la sensación de que Carmen no estaba sola.
No hizo falta avanzar mucho para entender por qué el pobre Mario se quería morir, dicho metafóricamente.
El monólogo de Carmen hacia Mario ―que en paz descanse― es el de una mujer que expresa un profundo resentimiento porque él no ha cumplido con sus expectativas. Se define como una mujer de mentalidad conservadora, demasiado tradicional, con unos valores religiosos, familiares y sociales que chocan con los ideales progresistas de su marido.
Pero quizá, si Mario hubiera sido distinto, si el estatus social, las apariencias y el materialismo hubieran estado cubiertos, su mentalidad habría quedado más apaciguada. Sin embargo, Carmen es manipuladora, llena de contradicciones, y siempre justifica sus faltas culpando a Mario. Hasta el final.
El monólogo fluye de forma natural, aunque con frecuencia se repiten episodios, como su trauma por no tener un Seiscientos. No obstante, sus frustraciones van ganando intensidad hasta que acaba confesándolo todo. Al pobre Mario no le cae nada bueno.
Cinco horas con Mario resume la vida de una mujer acostumbrada a la comodidad hasta que se casa con Mario. Su hipocresía y su conformismo chocan con la visión crítica y comprometida de su marido, haciendo de su matrimonio un desencuentro constante. Tal vez este monólogo sea su manera de justificarse ante Mario y ante sí misma.
Las frases que inician cada capítulo pertenecen a la Biblia, el libro de cabecera de Mario, y estaban subrayadas por él. Me ha llamado la atención porque es ahí donde se hace más evidente la contradicción de Menchu. Esas frases lo definen, y es justo ahí donde ella ataca.
De Mario sabemos lo que Carmen nos deja ver: es catedrático y escritor, pero no ambicioso. Es idealista, se preocupa por los demás y le gusta montar en bici. No es su tipo de hombre y, sin embargo, cabe preguntarse: ¿por qué se casó con él?
Mi impresión es que Carmen nunca amó realmente a Mario. No lo acepta como es, y ahora, frente a su cadáver, se despacha a gusto con lo que en vida no se atrevió a decirle. Se casó porque era su deber y porque las apariencias debían mantenerse.
Con esta obra maestra, Delibes hace de este monólogo un retrato de la época. Es una obra brillante, irónica y cargada de reproches, que nos hace reflexionar sobre el verdadero drama de su vida y la de todos en general.
Novela publicada en 1966, en la España de la posguerra en la que el pensamiento único del régimen franquista era el oficial, y la censura impedía todo disentimiento. Delibes se libra de la censura poniendo en boca de la protagonista, mediante un monólogo (o diálogo con su esposo fallecido) ese pensamiento conservador, reaccionario, ajeno a los cambios sociales ocurridos en otros países vecinos, la forma de vivir, el orden establecido, el elitismo ("si los pobres estudian y dejan de ser pobres ¿con quiénes vamos a ejercitar la caridad?"), racismo ("los negros con los negros y los blancos con los blancos"), xenofobia, la intolerancia, el machismo ("una chica no debe saber más, hay que darla tiempo de ser mujer que al fin y al cabo es lo suyo") a modo de reproche, irritante por momentos hacia el esposo que es un catedrático de instituto "de la cáscara amarga", con un talante más abierto, con sentido social, que sufre crisis depresivas ante las injusticias que ve en su entorno, ante su soledad existencial.
La adaptación al teatro y la interpretación de la actriz Lola Herrera han acrecentado el valor de la novela.
Los personajes están muy bien perfilados, a través del monólogo desordenado de la protagonista.
Da mucho que pensar acerca de cómo los convencionalismos sociales y la familia condicionan el comportamiento y las ideas de una persona.
De sus líneas se desprenden la infelicidad y el desasosiego de sus personajes.
Mi única crítica es que se hace repetitivo y a lo mejor se podría haber explicado lo mismo en menos páginas.
Me ha gustado, aunque la considero demasiado extensa, por ello le bajo nota. Muy original, sobre todo el inicio con la lectura al azar de pasajes de la Biblia, con los que enlaza el monólogo interior. Muy recomendable.
Es un libro realista hasta en lo que parece ser repetitivo.
Lo poco que he leído de Delibes siempre me hace pensar en si hemos cambiado como sociedad y como seres humanos.
Delibes hace uso de una narrativa única en esa situación tan específica y a la vez compleja que es el monólogo de la mujer ante el cadáver de su marido.
Es una novela perfecta que retrata la España del franquismo central; dónde la tradición, el conservadurismo y la religión (Menchú) anulan cualquier cambio, evolución o progreso social (Mario). Mario está muerto como una España que nunca podrá ser y la España de Menchu se resiste a morir, aunque lo hará ( sus hijos). Además narra los sinsabores del matrimonio entre ellos, un matrimonio que no se puede deshacer por la situación social de la propia España de Menchu, y que se hubiera roto en cualquier otro tiempo o lugar. La desazón de Menchu está impecablemente descrita por Delibes, como siempre.
Reflejo de las ideas, costumbres y la sociedad de la España de los años 60, a la que retrata con gran acierto, Cinco horas con Mario es una pequeña joya de la literatura contemporánea.
Confieso que no he leído mucho de Miguel Delibes. Y si bien es cierto que es un gran novelista, en mi opinión, la forma en la que está escrita este libro, aunque muy verosímil, se hace tediosa por lo confusa y repetitiva que es.
Salvo el principio y el final, contados por un narrador omnisciente, la historia es narrada por Carmen, mujer de Mario y protagonista absoluta del libro. A partir de diversas citas que va leyendo en la Biblia y que a Carmen le evocan recuerdos, la historia del pasado de Mario y Carmen va tomando forma. Así nos encontramos con dos personas que ni se han comprendido mutuamente ni han hecho el intento de ello, a pesar de haber compartido más de 20 años de su vida.
A través del monólogo de Carmen, mujer irritantemente intransigente, reaccionaria y muy clasista, el lector va haciéndose una imagen de cómo era Mario. Pero, incluso después de escuchar las quejas (justificadas o no), los juicios y los desprecios de Carmen, la valoración que tienes tu, como lector, es completamente diferente a la que la protagonista ha intentado venderte. Y cuando eres consciente de ello, empiezas a ver el libro con otros ojos y comprendes lo increíble que es. Porque para hacer algo parecido a Cinco horas con Mario, no solo hay que ser buen escritor. También tener un profundo conocimiento del alma y la psicología humana y saber diseccionarlo de forma que sea comprensible y accesible al lector.
En suma nos encontramos ante un libro magnífico capaz de contar casi sin querer dos formas diferentes de ver la vida de la España de aquella época. Todo un acierto para saber algo más de la historia de nuestros abuelos y, de paso, disfrutar de uno de los grandes escritores de este país.
Me pareció un ejercicio singular, un monólogo o soliloquio hacia un cadáver. Lo apruebo por ello, pues bastante de lo que se cuenta resulta tedioso.
Me ha sorprendido gratamente, pues pensé que iba a ser de lectura más denso, sin embargo es ágil, con un lenguaje preciso.
Para mí, las cinco horas que Carmen está con el difunto, son aprovechadas para sentirse protagonista,pues no se ha sentido así nunca, en su vida matrimonial.
Retrata perfectamente el pensamiento de muchas personas que vivieron una época.
Lo más llamativo del libro es cómo un monólogo de pensamientos desordenados puede trasmitir tanto sobre los personajes y el contexto social de la época. Una lectura imprescindible para conocer la cultura e Historia española que a la vez sirve para apreciar el mérito extraordinario de Delibes.