Resumen y sinopsis de Las ratas de Miguel Delibes
Premio Nacional de la Crítica. Visión trágica y dura de un pueblo castellano, Las ratas es uno de los libros en que mejor ha reflejado Delibes el drama de esa Castilla rural, de una Castilla que, no obstante, rezuma grandeza en su misma miseria.Ha participado en esta ficha: bclaudia
Los habitantes de un aislado pueblo castellano se mantienen al margen de la modernidad, víctimas del atraso y la miseria, sujetos aún a los ciclos de la naturaleza, a las temperaturas extremas que arruinan las cosechas, siempre mirando al cielo y con una dependencia absoluta de las precipitaciones y las heladas.
Vidas humildes de pura subsistencia, para las que el santoral va marcando los días del año, aferradas a la más mínima esperanza. El alcalde, los terratenientes… apenas unos pocos son quienes ostentan la riqueza y los medios, pues la gran mayoría se gana duramente el sustento con la agricultura y los oficios, y es el ratero el último reducto de ese atraso secular, lo más bajo de un sistema social que está muy lejos de ser igualitario, del cual la novela supone un cuadro completo que se nos irá revelando mediante trazos desordenados en apariencia. El mundo exterior mientras tanto prosigue indiferente, entre los tibios intentos de desarrollar la región, el olvido hipócrita del régimen en el poder, así como la sombra lejana de una guerra civil que incluso en tan apartados entornos ha dejado su huella.
El relato salta de un personaje a otro, cual acumulación de escenas en un tiempo impreciso, estático pero cambiante, con el paisaje, su vegetación y colores adquiriendo entidad propia, descrito en minucioso detalle, con abundante vocabulario rural y unos diálogos llanos que recrean una realidad encerrada en sí mismo. Tiene lugar el estallido de una violencia acumulada que no nos coge por sorpresa, como la pura conclusión lógica de ciertas frustraciones personales, de tensiones que ponen en peligro el tranquilo microcosmos que se nos ha presentado.
Las ratas de las que trata Delibes son algo más que animales de cuatro patas, y no por cierto los únicos animales; perros, aves, insectos y demás fauna ocupan estas páginas, se adueñan de ellas, devienen humanos y se mimetizan con ellos, al igual que estos adoptan una condición animal. Una forma de vida poco menos que primitiva y cavernaria, endogámica incluso, y que sin embargo se muestra reacia a abandonar tales costumbres, hacia las que se demuestra un apego salvaje porque no se ha conocido otra cosa. Son los pobres los primeros que se niegan a la modificación de semejante orden de las cosas.
El Nini, una anomalía, un ser que parece iluminado y depositario de una sabiduría centenaria de la que todos se benefician, es donde reside la ternura del autor y el contraste con tan áspero panorama. Su ciencia supone un saber completo del mundo que habita; adaptación, previsión, conocimiento de los signos y del medio, buena administración de los escasos recursos, sin dañarlos ni destruirlos. Nada debe, ni nada tiene que ver, por lo tanto, con un mundo desarrollado que ni le preocupa ni le afecta, que interpreta su situación como de ignorancia y talento desaprovechado.
Es “Las ratas”, en definitiva, una mirada cruda a lo rural, poco o nada edulcorada, sin mirar por encima del hombro, sin condescendencia hacia las gentes del campo; más bien un mirarse cara a cara, comprendiendo sus razones y denunciando a su vez sus duras condiciones de existencia.
No es una historia fácil ni agradable desde mi punto de vista y pienso que esa es en parte la intención. Creo que es más un testimonio necesario de lo que ocurrió durante esas décadas que realmente el propósito de entretener. En mi caso el castellano y el vocabulario usado no me ha resultado fluído pero más por mi desconocimiento que por cómo está escrito. A pesar de la aridez del relato se puede percibir algo bucólico de todo ello, como la misma tierra de la que se habla.
Novelita humana, muy humana.
Breve y contundente novela sobre la vida en la España rural de la posguerra.
Los personajes principales, el Nini y el Ratero, están representados tan vívidamente que parece que puedes andar con ellos, sin desmerecer al séquito de personajes secundarios que nos hacen partícipes, con tan poca extensión de novela, de la vida en el pueblo.
Otra genialidad, que denota el conocimiento del autor por la vida del campo, es que no aparecen fechas a la hora de organizar las labores agrícolas, ver las previsiones metereológicas,.... sino que acude al santoral para cada ocasión, así como al refranero español.
Muy recomendable.
La España rural y profunda de los años 50 contada magistralmente por la prosa sobria y castellana de uno de nuestros grandes de las letras.
Relato duro como la vida misma que llevaban los personajes del pequeño pueblo donde acontece la historia.
Me había leído "El Camino" hace años en el colegio, dejando en mí un alegre recuerdo de aquella lectura.
Varios años más tarde me he decidido a leer este libro de Miguel Delibes, tenía las expectativas bastante altas y quizá por ello no le de una nota más alta.
Narra las pericias del Ratero y, sobre todo del Nini en una Castilla rural y donde no pasan cosas "extraordinarias" sino que narra el día a día en un pueblecillo de la zona.
Libro entretenido, para pasar un rato agradable.
Me pareció una narración dura y cruel, pero con una calidad narrativa impresionante.
Como siempre un magnífico uso del lenguaje en toda su extensión, desde los giros literarios hasta el vocabulario. Personajes pintorescos unidos por la pertenencia a la tierra que los ata y los maltrata.
Buscando un libro para releer, encuentro "Las ratas", una obra que Miguel Delibes escribe en 1962 ambientada en un pequeño pueblo castellano inventado (no existen la Cotarra del Moro, el Pezón de Torrecillorigo, la Cotarra Donalcio, el Cerro Colorado ni el Cerro Merino). Así, con una perfecta construcción de los personajes, prescindiendo de adjetivos superfluos, con una narrativa repleta de vocablos rurales (los tesos, la cárcava, los camachuelos, las bardas, el carrasco, los rabilargos, los cuetos, las argayas, el jorco y el bálago), disfrutando del sencillo y depurado lenguaje característico del autor, me adentro en las pasiones del mundo rural, en la importancia del tiempo, en el santoral, en la cellisca y en las cuevas de este atrasado pueblo, asistiendo al despertar y rebeldía callada de un niño que, encarna el candor y el bien frente a la astucia y la maldad (dos constantes en la obra del escritor). Realismo y humanidad hacen de este libro una novela muy grande a la que le doy un 9.