Resumen y sinopsis de La hoja roja de Miguel Delibes
La hoja roja es esa llamada prudente que recuerda al fumador el próximo fin de su librillo de papel. Para don Eloy la jubilación ha sido la hoja roja. Le ha llegado el momento de contar con avaricia las hojas que le restan en el librillo de la vida. Don Eloy perdió a su mujer y a sus hijos —uno muerto y el otro ausente, más lejano por el corazón que por la distancia— y se fueron también los amigos íntimos... Tan sólo cuenta con la Desi, una muchacha de veinte años que se ocupa de las tareas domésticas y cuya mayor ilusión es casarse con un mozo de su pueblo de sangre caliente, llamado el Picaza. El hondo dramatismo que parece conformar a estos personajes y su entrañable desamparo podría hacer pensar en una novela triste. Sin embargo, el humor y la frescura con que Delibes nos acerca al cotidiano devenir del viejo y de su criadita analfabeta hacen de La hoja roja una de las obras más irónicas y divertidas de su autor. Admirablemente escrita y construida, La hoja roja es una novela emocionante, humanísima, donde Miguel Delibes demuestra su extraordinaria capacidad para extraer de la vida diaria los más puros resortes del arte.
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Aunque no es la mejor, a mi parecer, de este autor, está escrita con una sencillez y un buen hacer brillante. La prosa de Delibes hace que siempre vuelva a su trabajo.
En esta novela se plantea la desesperación de aquellos que se jubilan sin querer hacerlo o carecen de un estímulo que le ayude a seguir viviendo, además de ser una novela de personajes solitarios que constantemente buscan la compañía, teniéndola muchas veces bajo su mismo techo.
Muy recomendable.
Delibes en estado puro, o lo que es lo mismo, una habilidad notable para trascender el tópico y dar vida, en el sentido más literal, a unos personajes que bien podrían ser de carne y hueso. Nos acerca el vallisoletano a la soledad y al abandono de un anciano que siente cercana la presencia de la muerte y se aferra a los recuerdos de toda una vida, en una continua rememoración que adopta la forma de continuas repeticiones (un recurso nada gratuito que, frente a una trama mínima, llega a vertebrar el relato). Don Eloy es un estorbo, siente que ha dejado de ser útil y querido, tiene más amigos en el cementerio que fuera de él. Por otra parte, la joven Desi, con toda su juventud y espontaneidad, es una persona todavía ignorante, y no solamente por su baja extracción social, lo es de la vida, y no tardará en llevarse un profundo desengaño. Serán este tipo de decepciones lo que, paradójicamente, conducirá a dos individuos tan diferentes a descubrirse el uno al otro. Historia amarga, desde luego triste, cruda y real como pocas, con un ribete trágico y castizo que evoca cierto fatalismo propio del mundo rural. Al mismo tiempo, una historia universal y esperanzadora, llena de un humor soterrado, de anécdotas cómicas, con una pareja protagonista que destila ternura, gente cualquiera, descrita en toda su vulnerabilidad. No falta una crítica contra la modernidad y la pérdida del contacto humano, contra una rutina urbana que no nos hace felices. Y merece la pena destacar un lenguaje sencillo pero muy trabajado, el propio de la época, así como el habla vulgar, con sus expresiones y vocabulario característico, que sin duda contribuye a dar autenticidad.
Un sentido retrato de la vejez y la soledad. El estilo pulcro de Delibes nos obliga a perdonarle hasta ese laísmo persistente no sólo en boca de sus personajes, que sería justificable, sino incluso en el narrador. Por lo demás, la novela se deja leer desde su sencillez y nadería. Sobrevalorada.
Real como la vida misma, la hoja roja, es una pequeña joya de la literatura española, olvidada por el tiempo y los lectores. Pero, en mi opinión, es una de las mejores obras que tiene Miguel Delibes, y la he disfrutado mucho.
Este libro, escrito de forma admirable por el autor, utiliza un lenguaje sencillo, con varias expresiones de la tierra y descripciones justas, pero sin demasiadas florituras. Por contra, su lectura se llega a hacer pesada por las elevadas repeticiones que se cuentan a lo largo de la historia, y que me recuerdan, en cierto modo, a su célebre novela Cinco horas con Mario.
Los personajes están trazados con esmero y dotados de una personalidad rica, compleja y humana, gracias a la pluma de Miguel Delibes. En esencia, podemos hablar de dos protagonistas, El viejo Eloy y Dori, la criada. Ambos son retratados con gran sensibilidad y complicidad, que se manifiesta a través de unos fascinantes y casi "sonoros" diálogos.
La historia parece la típica de un jubilado. El viejo Eloy, funcionario de profesión, se jubila y a partir de ahí contempla con estupefacción primero, y decepción después, como los demás le van apartando de su lado. Todos menos la chica de servicio, Dori. Ésta, por contra, tiene también su propia vida, amores y conflictos que se van resolviendo en la historia. Entre ambos personajes se acaba estableciendo un lazo de amistad y cariño mutuos. Así que pese a que la novela trata temas como la soledad y la muerte, el amor y la ternura también tienen cobijo entre sus páginas. Buena prueba de ello es el final, que logra traspasar el corazón, por lo emotivo y patético a la vez, que resulta.
En resumen, La hoja roja es toda una delicia que trata un gran problema social: el abandono de la tercera edad, que deja desamparados y privados de compañía a miles de ancianos. En una sociedad que valora la juventud y la belleza por encima de casi cualquier cosa, es aconsejable dirigir una mirada hacia nuestros mayores, escucharles y pasar un rato con ellos. Por que todos envejeceremos y nos saldrá la hoja roja en nuestros librillos de la vida algún día...
Fiel a mi compromiso de leer un libro a la semana en papel, cojo de la estantería "La hoja roja", la novela que Miguel Delibes escribió en el año 1959, tomando el título de la hoja roja que, en los librillos de papel de fumar para envolver el tabaco, en España, advierte al usuario:"Quedan cinco hojas". Arrancando el libro de la jubilación del funcionario municipal D. Eloy (quien repite constantemente a todo el que quiera oírle, que ya le ha salido la hoja roja), el escritor, describiendo detalladamente a los personajes, prescindiendo de adjetivos superfluos, con menos vocablos rurales a los que me tiene acostumbrada y manejando una narrativa precisa y para nada sencilla, me permite acercarme -en el calor de la cocina- a la rememoración que el viejo hace de los relatos que le contaba la Antonia siendo niño y a la historia de su criada Desi, cuya vida cambió con la terrible riada del año 52 que motivó el que planeara ponerse a servir en la ciudad, a siete leguas de su pueblo. El Raposo, la Caya, el Galo, la Rufa, el Picaza, Marcos el Tonto, la Doro, la Silvina y la Candi, hacen de esta entrañable novela, un libro humano lleno de pura vida. De 9.
Hermosa y sencilla novela.
Delibes vuelve a darnos una enorme muestra de su talento, y de su gran pesimismo vital.
Narración triste y amarga; en la que impera la soledad, el fracaso, el desamor, y el miedo a la muerte cuando la decrepitud está a la vuelta de la esquina.
Al final, solo nos quedan el refugio, el consuelo, y la compañía de unas manos jóvenes que nos hagan sobrellevar con calma estos injustos y penosos momentos de fatiga.
Melancolía plagada de belleza.
El miedo a la muerte es el gran protagonista. Miguel Delibes nos mete en la piel de un jubilado que ve cómo cada vez le quedan menos días de vida. Tremenda historia, contada por la impecable pluma de Miguel Delibes, un autor que mereció el Nobel de Literatura y mayor reconocimiento en nuestro país.
En este libro destaco la habilidad de Miguel Delibes en el uso de la figura retórica de la repetición, bastante arriesgada, sin embargo muy bien empleada. Queda pues ad hoc con el tema y los mismos personajes.
Libro que narra la relación entre una persona mayor y su criada. Impregnada de la narración clásica y el pesimismo vital de Delibes.
Buena historia, por momentos conmovedora, narrada con sapiencia y seguridad.