Resumen y sinopsis de Al final de la noche de J. L. Rodríguez García
Son como dos sombras con las que juega la niebla, haciéndolas aparecer y desvaneciéndolas, deformándolas en la temprana noche de noviembre, convirtiéndolas en humo entre la oscuridad. Los lunes invernales son días especialmente solitarios. No hay gente recorriendo las calles, pocos automóviles cruzan, las luces de los semáforos parecen cirios a punto de ser desvanecidos por el viento, por la corriente de aire que se desliza por una puerta abierta.