Resumen y sinopsis de Blackwater IV. La guerra de Michael McDowell
Comienza una nueva era para el clan Caskey: la persistencia y el trabajo duro de Elinor en Perdido por fin parecen dar sus frutos. Su control arraiga en los hogares de un pueblo que en el pasado desconfió de sus intenciones. Sus enemigos, poderosos antaño, decrecen en número y pierden fuerza. El conflicto armado en Europa trae sangre nueva a Perdido. En las tierras de los Caskey, los hombres van y vienen como marionetas. No saben que sus vidas penden de un hilo.
Descubre el cuarto volumen de la saga Blackwater.
Una saga matriarcal. Mujeres poderosas que luchan por el dominio durante generaciones. Una atmósfera única para una lectura adictiva. Un retrato realista con toques sobrenaturales. Escritura magistral y visual en un ambicioso proyecto entre el pulp y HBO.
Con la ausencia de la persona más poderosa del pueblo, la familia Caskey está más unida que nunca. Por primera vez, los diferentes miembros de la familia se encuentran compartiendo espacios, eventos y confidencias. En este contexto, se desata la Segunda Guerra Mundial y Perdido se llena de soldados; además, los hombres y los chicos jóvenes son llamados a filas.
El fuerte de este libro es el contexto histórico; McDowell se sirve de la guerra para plasmar cual podría haber sido la realidad de un pueblo estadounidense de la época. Sin embargo, y pese a que este aspecto me ha llamado mucho la atención, el ritmo ha decaído considerablemente con respecto a «La casa». En esta entrega nos encontramos con un mayor desarrollo de los personajes y una casi nula acción.
Las escenas sobrenaturales, como siempre, mejoran muchísimo la experiencia. Viniendo de leer los otros tres libros, son situaciones que ya no sorprenden tanto pero que, igualmente, el lector espera con avidez. La más increíble de «La guerra» tiene una protagonista inesperada y hasta aquí puedo leer.
Me ha encantado cómo se ha profundizado en la relación entre Miriam y Frances. Las diferencias entre ellas nunca me habían parecido insalvables y, en esta obra se demuestra que, en efecto, no lo eran. Solo eran sus circunstancias y, especialmente sus entornos de crianza, lo que las alejaba. Además, la consideración que ha tenido Perdido para con Miriam me ha resultado entrañable.
El final, como ya viene siendo costumbre en «Blackwater», te deja con la boca abierta y con mil ganas de seguir leyendo.
No sé si es a causa del cambio de traductor, pero esta está mejor narrada que las anteriores, ya va apareciendo un mínimo de literatura, los personajes tienen más desarrollo y la trama se hace menos rutinaria.
La hija de Elinor, Frances, entra en escena, se convierte casi en la protagonista y es la que resuelve un gran problema con su prima Lucille. La gran guerra ayuda a la familia a hacerse más ricos y personajes nuevos entran en escena para cambiar muchas cosas, mientras que otros mueren dejando un vacío en la familia.