Resumen y sinopsis de Blackwater III. La casa de Michael McDowell
Perdido, 1928. El clan Caskey se desmorona con la cruenta guerra personal entre Mary-Love y Elinor. En los recovecos del caserón donde viven Elinor y Oscar se esconden crisis conyugales y existenciales con repercusiones que desafían la imaginación, mientras los peores recuerdos, aquellos que uno se esfuerza por mantener ocultos, acechan para tejer sus mortíferas redes y salir a flote.
Descubre el tercer volumen de la saga Blackwater.
Una saga matriarcal. Mujeres poderosas que luchan por el dominio durante generaciones. Una atmósfera única para una lectura adictiva. Un retrato realista con toques sobrenaturales. Escritura magistral y visual en un ambicioso proyecto entre el pulp y HBO.
Ya se ha construido el dique en Perdido y la trama vuelve a girar en torno a la enemistad de Mary-Love y Elinor, esta vez a través de los ojos de las hijas de Elinor y Oscar: Miriam y Frances. La primera vive con su abuela y presenta una personalidad similar a la suya, es decir, engreída y egoísta. Por otro lado, Frances es pura dulzura y tranquilidad, además de ser también bastante enfermiza. También vuelve a la historia un personaje que, en el segundo libro, causó muchos estragos y, en el tercero, seguirá por la misma vía.
En la segunda entrega, «El dique», el autor profundizó en los personajes a costa de perder un poco de ritmo; en «La casa» el ritmo vuelve a aumentar hasta tornarse frenético. Estaba totalmente enganchada, no podía soltar el libro hasta saber qué iba a pasar.
McDowell vuelve a jugar con la mente del lector y a introducir en la historia elementos sobrenaturales; esto es lo que más me ha gustado de la novela, esas escenas que te dejan sobrecogida y con miedo a seguir leyendo. Algunas de ellas también han sido algo gore; no estoy acostumbrada a este tipo de narración, pero me encaja tanto en la historia que se leen de forma muy natural en el contexto en el que están escritas.
Esta es la entrega que más me ha gustado (hasta ahora). La mezcla de la complejidad de los personajes —la evolución de Oscar, la inteligencia de Elinor, la enemistad entre Miriam y Frances— junto al trepidante ritmo hacen de la obra una historia entretenida y muy disfrutable.
Después de llegar al final de la tercera parte la impresión sigue siendo la misma.
Tenemos un narrador que nos cuenta la historia de una familia, con unos personajes peculiares pero nada del otro mundo a excepción de uno de ellos, que por otro lado no se adónde nos va llevar; una mezcla superwoman y un nosequé. Tampoco sé si estoy de acuerdo con su forma de hacer justicia.
Pero bueno, ya llegados aquí continuaré con el libro 4.