Resumen y sinopsis de Thérèse Desqueyroux de François Mauriac
Thérèse Desqueyroux, acusada de haber intentado envenenar a su marido, Bernard, ha sido absuelta. Todo el mundo está convencido de que es culpable, pero, para evitar el escándalo y la mancha que supondría para el buen nombre de la familia Desqueyroux, se decide enterrar el caso. ¿Pero quién es Thérèse, esa mujer menuda que sale cabizbaja del juzgado, observada con temor, conmoción y vergüenza por los circunstantes? ¿Qué secretos esconde? ¿Por qué se casó con Bernard? ¿Lo quiso matar? ¿Por qué? Inspirada en un caso real, «Thérèse Desqueyroux» (1927) es la obra maestra de François Mauriac, Premio Nobel de Literatura de 1952. Su inquietante y turbadora protagonista, una mujer incomprendida, sola, atrapada en las convenciones provincianas y las ambiciones de los hombres, ha fascinado a generaciones de lectores. «Mauriac penetra en el drama de la vida humana con intensidad artística y una profunda visión espiritual». Academia Sueca.
La historia que narra este libro me ha parecido tristísima, pero pese a ello me la he leído rápidamente porque está muy bien escrita.
Gran novela sobre un hecho real de envenenamiento. Personajes con mucha profundidad, bien estructurada y muy bien traducida. Los monólogos interiores son destacables. El prólogo de Fernando Bonete no es justo para la novela, suprimible.
Inspirada lejanamente en un suceso real conocido por el autor, gran olvidado de las letras francesas (o esa impresión tenemos hoy) pese a su Premio Nobel, es una novela que surge del interrogante por el origen del mal y el motivo que lleva a alguien al asesinato.
La señora Desqueyroux es juzgada por haber envenenado a su esposo y absuelta por mediación de su propia familia, tanto de sangre como política, pues quieren evitar el oprobio, ver manchado el buen nombre y las aspiraciones. Durante el trayecto de vuelta a casa, vuelve mentalmente al pasado en espera del auténtico juicio que le espera; el de su marido, un hombre convencional e intransigente con quien se siente distanciada desde el primero momento de su matrimonio.
La infelicidad de Thérèse, una persona inteligente, con ciertas aspiraciones, carácter firme y tal vez viril para los estándares de su tiempo, se traduce en amargura, desidia y anhelos incumplidos de algo más verdadero. Lo suyo no es frustración sexual, tampoco el idealismo romántico de una Emma Bovary, sino algo más indefinido; una altivez que poco tiene que ver con la inocencia (Anne) o con el pragmatismo (Bernard), un fuego interior e imprevisible que con una chispa puede hacer saltar el incendio (un rasgo personal, su tendencia de fumadora compulsiva) y que le arrastra a cometer un acto vil envuelto en circunstancias poco claras (queda incluso la duda de hasta qué punto es un acto consciente). Frente a una forma de vida planificada, queda la figura de una mujer libre, para bien o para mal, sin un destino concreto.
La técnica ahonda en la conciencia, con un narrador que se mueve de un tiempo a otro, de la tercera a la primera persona, dando como resultado unas frases deslavazadas y una acumulación de pensamientos cercanos al monólogo; algo que podría confundirse con un borrador inacabado antes que con una forma vanguardista de narrar. El paisaje exterior, que corresponde al de la región francesa de las landas, es de bosques, caminos, alquerías, apartado del bullicio de la capital y presidido por el calor asfixiante del verano, así como el frío del invierno, mimetizándose con las interioridades conflictivas de Thérèse.
El final resulta tal vez un poco precipitado y desaparecen del relato personajes en un principio relevantes, como el conservador padre de la protagonista. Esta no es en ningún caso una heroína, ni se justifica su proceder, pero sí que nos encontramos con una fuerte crítica a una clase social de rasgos endogámicos y muy gregaria, movida siempre por motivaciones egoístas, sin prestar atención a los deseos ni a la espontaneidad del individuo; en especial de las mujeres, atrapadas sin quererlo en enlaces de conveniencia, valoradas sólo por sus vientres y como portadoras de un apellido. Y para quienes se salen del redil, o son susceptibles de condena pública, siempre existe la posibilidad del borrado silencioso de todo rastro de existencia o memoria. Sólo por un instante se abre cierto atisbo de duda, de empatía y apertura al otro, en ese marido vulgar, para ser rápidamente sofocado.
Un novela interesante donde la evolución psicológica de los personajes. Para aquellos que se centran en los personajes por encima del resto.
Novela basada en hechos reales escrita como si de una crónica se tratase en un estilo peculiar. Esto lleva a que los personajes estén medianamente perfilados y el lector tuviera que completar lo que el escritor no cuenta.
Lo peor del libro es un demencial prólogo de Fernando Bonete Vizcaíno.