Resumen y sinopsis de Al final uno también muere de Roberto Valencia
Aparentemente, la familia Kleizha es como tantas otras: el padre se encierra por temporadas en su sastrería para evitar que se deteriore su relación matrimonial; la madre trabaja en una peluquería y llega exhausta a casa cada noche; y el pequeño Kleizha y su hermana se detestan de un modo razonable. Sin embargo, nada es nunca lo que parece. Los miembros de esta familia se embarcan, contra su voluntad, en un continuo viaje entre la vida y la muerte que perturba su día a día y que les obliga a recordar quiénes son y de qué modo han de sobrellevar una existencia en la que deben soportar el peso de esa maldición.
Al final uno también muere explora estos temas a través de una narración ágil, en la que sobresale un imperante tono irónico. Lo patético y lo trágico se funden en estas páginas, que narran el tránsito de un joven que lucha por bracear entre la inestable felicidad de la vida y el absurdo de la muerte.