Resumen y sinopsis de Blancura de Jon Fosse
Un hombre conduce sin un rumbo en mente, hasta que su coche queda atascado al final de una pista forestal. Es una tarde de finales de otoño, ya casi no hay luz y comienza a nevar. En lugar de volver caminando hacia atrás en busca de ayuda o quedarse en el coche, de forma imprudente y sin saber muy bien por qué, el hombre decide adentrarse en el bosque. Inevitablemente, se pierde, y la noche sigue avanzando. Cuando el agotamiento y el frío empiezan a vencerlo, vislumbra un extraño resplandor en medio de la oscuridad.
Blancura es la última novela de Jon Fosse. El autor galardonado con el Nobel arrastra al lector en una narración enigmática, inquietante e hipnótica: una lectura tan breve como intensa.
Obra que puede entenderse como una metáfora de la soledad, un "bosque emocional interno" donde es fácil perderse, tener miedo a lo desconocido, anhelar compañía para encontrar alguna salida, en cuyo camino se plantea un juego entre blancura y oscuridad, que simbolizan dudas existenciales en torno a la vida y la muerte. Esa dualidad está patente en personajes como la "criatura luminosa", el "hombre descalzo de traje negro y camisa blanca" y los resplandecientes padres del protagonista, tan contradictorios e inseguros como él. La nieve, como elemento de fondo en ese bosque, juega un papel fundamental en la simbología de la historia: frío, perennidad, claridad para dirigirse al más allá...
Ciertos diálogos del protagonista, consigo mismo y con sus padres, además de las constantes vacilaciones y dudas expresadas en muchos pasajes, terminan resultando muy tediosos y monótonos.
Una idea interesante pero de ejecución muy irregular.