Resumen y sinopsis de Damas, caballeros y planetas de Laura Fernández Domínguez
Los cuentos reunidos en Damas, caballeros y planetas son lo que podríamos llamar cuentos escogidos. Frondosos como diminutas novelas, han sido escritos durante los últimos 15 años, y si algo tienen en común es que no son de este mundo. Literalmente. Pues están ambientados, todos ellos, en desopilantemente absurdos rincones de la galaxia. Con el espíritu de Douglas Adams, esto es, un humor que no se detiene ante nada ni nadie, reinventan nuestro mundo desde infinitos mundos poblados por famosos detectives mutantes, periodistas fantasma que se instalan, como los escritores de entreguerras, en casas de huéspedes, dinosaurios oficinistas, zepelines que hablan más de la cuenta porque en realidad son escritores, limoneros que no son exactamente lo que parecen y habitantes de otros planetas que podrían habitar perfectamente éste.
Además de los cuentos que han sido editados previamente —en todo tipo de pequeñas publicaciones y antologías, tanto europeas como norteamericanas—, la edición incluye dos relatos inéditos. El primero de ellos tiene como protagonista a Sandy McGill, la escritora favorita de Francis Violet McKisco, que aparece en La señora Potter no es exactamente Santa Claus. El segundo, El mundo se acaba pero Floyd Tibbts no pierde su trabajo, es una nouvelle en la que un ridículo corresponsal de una insignificante publicación, de vacaciones en un resort, queda al margen, junto al resto de huéspedes, de una pandemia galáctica, y sus aburridas crónicas se convierten en la cosa más deseada de la galaxia al completo, sumida como está en el Catarro Interminable.