Resumen y sinopsis de La catedral de la luz de Ruben Laurin
Una historia de amor, celos y traiciones durante la construcción de la catedral de Magdeburgo, uno de los primeros templos góticos del imperio germánico.
Año 1219. Moritz ha encontrado en la escultura la pasión que le permite olvidar la pérdida de su madre siendo solo un niño y, con su recuerdo y su añoranza, crea una maravillosa estatua que llama la atención de Bohnsack, uno de los constructores de la catedral de Magdeburgo, de paso por su ciudad. Juntos, viajarán hasta la ciudad a orillas del Elba, donde está en marcha uno de los proyectos arquitectónicos más ambiciosos del siglo: la construcción del templo consagrado a los santos Mauricio y Catalina. Para esculpir sus estatuas, ha arribado procedente de París un reputado escultor al que, además, Bohnsack quiere casar con su hija Helena.
Con la llegada de Moritz, la rivalidad entre los dos artistas, no solo por el talento de ambos sino también por el amor que sienten por la hermosa Helena, pondrá en peligro sus vidas, la mujer a la que aman y el futuro de la catedral de la luz.
Cuando tropiezas con un libro por el que a priori, las expectativas son bajas y sorprendentemente la relación fluye, disfrutas el doble.
La catedral de la luz, en su trama principal no ofrece nada nuevo, y sin embargo todo es desconocido para mí, pues de Alemania, hasta que apareció Carlos V con las rebajas todo lo tengo por explorar.
Aunque el libro ofrece pocos personajes históricos (ansia por conocer) Ruben Laurin rescata un puñado del que quiero destacar dos.
Maestro Bohnsack, constructor de la catedral de Magdeburgo tras el incendio de la original, del que no he encontrado apenas información.
Matilde de Magdeburgo, mística religiosa, tratada por loca por sus extravagancias y visiones.
El autor nos presenta a una Matilde simplemente fascinante, tratada con mucho respeto desde un concepto más amplio, que por supuesto, ficciona. Solo por esta actriz secundaria, la novela es todo un acierto.
Con la excusa de la construcción de la catedral, el texto recrea una Alemania medieval, donde no faltarán recelos, envidias, traiciones, amor, venganzas y un delicioso torneo de justas caballerescas (yo y mis lanzas).
Otra de las sorpresas que ofrece la novela es San Mauricio, comandante de la legión tebana quien recibiera la orden del emperador Maximiliano de no dejar cristiano con vida.
La negativa de asesinar a quienes profesaban la misma religión conllevó el diezmo (castigo romano por el que se cortaba la cabeza a uno de cada diez "sublevados") de la legión, convirtiendo a Mauricio en mártir.
No es cualquier cosa, estamos hablando del primer santo de color esculpido en Europa.
De los dos personajes principales (Moritz y Helena) poco que decir, oh Romeo que me meo, oh Julieta enséñame... ya me entendéis.
La novela está escrita de forma sencilla, hay partes algo más densas que quizá para los que buscan un relato compacto estén de más, a mí, curiosamente, me encantaron.
En definitiva, lo compré por una oferta (5 euros, tapa dura) y no salí trasquilado.