Resumen y sinopsis de Amy y Roger de Morgan Matson
«Los mejores descubrimientos siempre les suceden a las personas que no están buscándolos.»
Para encontrar el verdadero camino, a veces tienes que perderte…
Amy no quiere que llegue el verano. Su madre ha decidido mudarse al otro extremo de los Estados Unidos, y ahora Amy tiene que llevar el coche de California a Connecticut. El problema es que, desde la muerte de su padre en un accidente de tráfico, no se siente capaz de ponerse al volante. Y aquí entra Roger, un amigo de la infancia que también debe viajar al otro lado del país, y que carga con sus propios problemas.
A medida que avanzan, ambos descubrirán que las personas que menos esperas pueden convertirse en las más importantes y que a veces es necesario dar algunos rodeos para llegar a casa.
Como todo “road book” que se precie, Amy y Roger nos muestra un viaje increíble, no tanto por los paisajes y distancias, sino por la evolución de los personajes. Y aquí está el principal problema. Este tipo de argumento ha sido tan usado a lo largo de la historia de la literatura, que ya ni sorprende ni emociona además de ser estúpidamente previsible.
La autora de este convencional libro es Morgan Matson, una absoluta desconocida para mí. Matson me ha resultado una escritora un tanto mediocre que posee un estilo de escritura simple y aburrido, que cuenta con una prosa dinámica, desarrollada a medias y poco trabajada y unas descripciones demasiado básicas y sorprendentemente menos numerosas e importantes de lo que cabría esperarse. Pero los personajes se llevan la palma en lo que a falta de originalidad se refiere. Tanto Roger como Amy resultan banales y vulgares, sin nada que los haga mínimamente atractivos. Son tan aburridos y superficiales que acabas perdiendo el interés por ellos demasiado pronto.
La historia que nos narra Amy y Roger es de una simpleza apabullante y toda una decepción para aquellos que esperábamos un “algo más” a esta clase de trama. Pero para poder entrar en contexto, voy a hacer una pequeña sinopsis. Amy es una chica de 16 años que está pasando por un momento difícil tras la muerte de su padre y la mudanza de la familia a Connecticut. Debido a ello, Amy tiene que atravesar todo EE.UU. para llevarle el coche a su madre que ya está en su nuevo hogar. El problema es que Amy no conduce desde el accidente que le costó la vida a su padre. Y es aquí donde entra Roger, joven universitario con problemas amorosos que se ofrece a llevar a Amy, ya que le pilla de camino a la casa de su padre. Y nada más hay que decir. Todo el libro es una mezcla de playlists diversas, anotaciones curiosas, paisajes interesantes, una exhaustiva “investigación” sobre los restaurantes de comida rápida y un montón de bazofia estúpida y estéril sobre la situación emocional de la novela. Y como los kilómetros en el viaje, las páginas se van sucediendo hasta que llegas al final. Un desenlace excesivamente obvio, predecible y evidentemente tan feliz como irreal.
Definitivamente, Amy y Roger es una novela más que aunque entretenida, no llega a reunir los estándares suficientes para ser considerada de calidad. Y eso es debido a que pertenece al difuso género de la literatura para adultos jóvenes, en el que parece que todo vale. Incluso contar la misma historia miles de veces, de la misma manera. Así que os recomiendo que huyáis de esta novela. Y es que si Amy y Roger son tediosos juntos, no queráis saber como serán por separado.