Resumen y sinopsis de La armadura de la luz de Ken Follett
Vuelve el mejor Follett con la emocionante quinta entrega de la saga «Los pilares de la Tierra».
El choque de progreso y tradición y una guerra que amenaza con engullir toda Europa en la más ambiciosa y épica novela del maestro de la ficción histórica.
La revolución está en el aire
1792. Un gobierno tiránico está decidido a convertir Inglaterra en un poderoso imperio comercial. Mientras, Napoleón Bonaparte comienza su ambicioso ascenso al poder y, en medio de un gran descontento social, los vecinos de Francia se mantienen en máxima alerta.
Kingsbridge se asoma al abismo
Las innovaciones industriales se imponen de manera implacable, sacudiendo las vidas de los trabajadores de las prósperas fábricas textiles de Kingsbridge. Se abre un mundo de nuevas y liberadoras oportunidades ligado, sin embargo, a la crueldad más despiadada. La rápida modernización con sus flamantes pero peligrosas maquinarias está dejando obsoletos muchos trabajos y desgarrando a las familias.
Una nueva tiranía surge en el horizonte
Y a medida que el estallido de un conflicto internacional parece cada vez más cerca, la historia de un pequeño grupo de personas de Kingsbridge —incluidos la hilandera Sal Clitheroe, el tejedor David Shoveller y Kit, el ingenioso y decidido hijo de Sal— se convertirá en el símbolo de la lucha de toda una generación que desea progresar y pelea por un futuro sin opresión...
Cada vez se parece menos a lo que fue los Pilares de la Tierra. Revolución industrial, la lucha de la clase obrera con la burguesía, Napoleón y su Waterloo... todo mezclado en torno a varios personajes humildes.
Quizá un libro demasiado denso.
Ken Follett ya no sabe cómo seguir ordeñando la vaca de los Pilares de la Tierra. Con ese libro consiguió fama mundial, pero con La armadura de la luz la va perdiendo a chorros. Durante toda la novela (larguísima, por otra parte) la guerra contra Francia sirve de excusa para contarnos los apuros económicos de los ingleses y el desarrollo de las máquinas de tejer. Lo demás es un culebrón de si te amo o me amas tú, de si me caso contigo o con otro. Y para acabar nos cuenta toda la batalla de Waterloo, como si no supiéramos ya quién la ganó. En resumidas cuentas, si te la puedes evitar, hazlo.