Resumen y sinopsis de Me llamo Rojo de Orhan Pamuk
«Encuentra al hombre que me asesinó y te contaré detalladamente lo que hay en la otra vida.» Pamuk ha conseguido una novela total. A la sabiduría de la mejor narración histórica se une el ritmo trepidante de la novela negra y una seductora historia de amor. Me llamo Rojo nos introduce en el esplendor y la decadencia del Imperio Turco, una potencia que llegó hasta las puertas de Viena. Viajamos hasta el siglo XVI, el sultán desea inmortalizar su figura en un lienzo, pero la ley islámica lo prohíbe. La tentación vence y cuatro artistas trabajarán en secreto, elaborando un libro lleno de imágenes nunca antes pintadas. Hasta que uno de ellos desaparece. Después de El libro negro y La vida nueva, el lector en español puede adentrarse en otra novela ¿un puzzle filosófico y fantástico en el que se cruzan el arte, la religión, el amor, el sexo y el poder¿ de uno de los autores que despierta más expectación internacional.
Como he leído en alguna parte, se trata de un libro que no maneja los parámetros occidentales de intriga policiaca, trama amorosa (temas secundarios que “arman” la narración) y estructura literaria en general. La intriga no pretende hacer del lector un investigador más o poner a prueba su capacidad de deducción. Y la trama amorosa no es tal: no hay una seducción, seguida de un enamoramiento y una consumación; se trata más bien de una reflexión sobre la pareja con la excusa de la peripecia concreta de los protagonistas. Tampoco existe un planteamiento, un nudo y un desenlace al uso, sino que todo está descolocado y entremezclado. El clímax se da nada más comenzar la novela con el asesinato que desencadenará los acontecimientos posteriores y el resto de la narración es un flujo que se transforma en cascada o se estanca para desembocar en una ligera recolocación de la situación de partida. Entre medias, alusiones constantes a la literatura clásica oriental y a las epopeyas bélicas de shas, pashas y sultanes que proporcionan una visión de la historia persa (sus mitos, sus iconos, sus efemérides e hitos) que una servidora estaba muy lejos de atisbar y que, sin embargo, no aportan demasiado al tema principal de la novela. Y este tema no es otro que la influencia de la religión en la pintura oriental, o, para ser más precisos, en el concepto de representación de la realidad. Esta forma de representación, tan mediatizada por la religión que no concibe el uso de la perspectiva o la plasmación de fisonomías concretas e individualizadas, acabará ahogando la creación pictórica y generará una iconoclastia que reducirá la pintura a un arte decorativo al servicio de la narración.
Por ello, la novela tiene un tono pesimista, o cuanto menos, tristemente conformista con un status quo poco comprensible desde la concepción dinámica de la historia que impera en el mundo occidental. Contemplación versus acción, abstracción versus descripción: son estas las contraposiciones que explora esta obra mediante una trama muy negra, muy rebuscada y muy barroca que perdurará sin duda en la memoria del lector.
La verdad no me gusto mucho, se me hizo pesado y me costó trabajo acabarlo, la historia no me atrapó, se me hizo poco interesante y muy detallista.
Libro complicado de leer, pero una joya del premio nobel turco.
Se me hizo pesado y largo, pero a la misma vez no podía dejar de leer, escrito de forma sublime y magistral.
Ilustradores árabes, una historia de amor, un asesino, todos estos ingredientes comprenden esta genial historia que es sin duda una obra de culto y referencia en la literatura universal.
Excelente obra.
Una visión del imperio Otomano a través de su arte; de sus pinturas, de sus pintores, y en especial de sus ilustradores de libros, y de sus libros. Obras por cierto apegadas a estilos preconcebidos por siglos de maestros iluminadores y cuyos conceptos artísticos vienen a chocar con las nuevas modas renacentistas occidentales, tan bellas como reales y por tanto imperfectas. Es en este contexto del mundo musulmán donde el autor de esta novela nos propone una especie de thriller histórico e "interactivo" muy original. Los protagonistas de la historia nos van narrando sus vidas, sus desventuras, sus aciertos y fracasos, sus miedos y sus ambiciones. Y así las páginas van pasando sin llegar a dilucidar el acertijo de los asesinatos hasta sus últimas páginas. En líneas generales me ha gustado, no con la fuerza que esperaba, pero me ha gustado, y sobre todo he aprendido.
¿Una narrativa bella, casi poética? Por supuesto ¿Una estructura original? Sin duda. Pero el conjunto de la novela me ha resultado excesivamente abigarrado. Intentaré conectar con otra novela del autor.
Un libro extraordinario. Una narrativa muy original. Un libro que nos adentra en el mundo del arte, en pleno renacimiento de Occidente, y cuya trama concurre en la Turquía Islámica. Aunque debo de reconocer que acababa de terminar de leer El museo de la inocencia, y claro el listón estaba ya muy alto.
No dudo que se trata de un gran libro; que combina con evidente maestría varios géneros, pero la verdad sea dicha, a mí no me enganchó. Tuve que hacer varios intentos para poderlo terminar.
Acercarse a este autor con este libro como hice yo es arriesgado y fantástico. Diferente, especial y único. Requiere de toda la atención y el debido reposo para integrar todo lo que esconde. El debate presente entorno al arte y la pintura en el mundo árabe antiguo es muy enriquecedor. Literatura de alto nivel.
Primero tendría que decir que, admirando a Pamuk, a lo mejor mi crítica no es totalmente objetiva. Sin duda, el libro me ha gustado aunque necesita ser disfrutado y entendido lentamente. Creo que se aprende bastante sobre el contexto y la historia que desea trasmitir. El personaje de Sekure me ha fascinado. Por eso, saboreando todos los puntos positivos, quizá es mejor no prestarle mucha atención a la trama, que a veces no he encontrado del todo convincente.