Resumen y sinopsis de El temblor de la falsificación de Patricia Highsmith
A Howard Ingham le resulta extraño que nadie le haya escrito desde que llegó a Túnez; ni el director de cine con el que se supone que debe encontrarse, ni su novia de Nueva York, que lo echa de menos (o al menos eso es lo que él espera). Mientras aguarda en un resort en la playa, incapaz de avanzar en el guión que ha ido a escribir, empieza una nueva novela sobre un hombre que lleva una doble vida amoral. Howard también se hace amigo de un compatriota americano aficionado al whisky escocés y con un interés sospechoso por la Unión Soviética, y de un danés que desconfía intensamente de los árabes. Cuando al final le llegan malas noticias desde su país, Howard piensa que más le vale quedarse en Túnez y seguir escribiendo, a pesar de los temblores que llenan el aire de violencia y tensión, de una moral ambigua.
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Ante todo es una novela interesante, que no es exactamente una novela policiaca o de misterio, sino que plantea problemas de tipo moral, principalmente el valor igual de todas las personas.
La autora emplea un procedimiento doble con relación al carácter de su personaje principal, el joven escritor neoyorquino, que se encuentra elaborando el guion de una película durante un tórrido verano del Túnez de 1967, con ecos de la guerra de los Seis Días. De una parte, la omnisciencia que se alterna en determinadas decisiones sorprendentes del personaje con un objetivismo imprevisto. O sea, que los lectores no tenemos la información completa de los motivos de sus conductas. Estos contribuye a cierta turbiedad del personaje principal en un aspecto esencial de la novela que es el de su ambivalencia sexual.
El relato me trae cientos ecos de los más actuales de Lawrence Osborne en textos como “Los perdonados” o “Perversas criaturas”, ya que se enfrenta el mundo occidental del turista con la sociedad local. Lo que pasa es que Osborne lo trata de una manera mucho más radical, como una auténtica lucha de clases, y, con frecuencia, el odio de los aborígenes y los extremadamente corruptos y degradados ricos occidentales se convierte en violencia.
Ahora que estoy leyendo algunas de las novelas de Highsmith aprecio ciertos desfases contextuales con nuestra época bastante llamativos, y para mejor nuestra época, desde luego. El papel de la mujer es mucho más secundario y, por lo que sabemos en la novela, el comportamiento del amigo homosexual del escritor tiene mucho de repugnante y delictivo; yo creo que a mediados del siglo XX esto también debía de serlo. Aquí se trata con la mayor naturalidad.
Cuando se lee a esta señora, pueden gustar más o menos sus novelas (en mi caso siempre son de notable en adelante), pero siempre queda una cosa clara: que es una profesional de la escritura, sabe escribir muy bien y contar historias que enganchan, libros que siempre apetece retomar, y además es una maestra en la configuración de personajes, como es el caso de esta novela. Yo no la catalogaría como novela policiaca, sino como, nuevamente un drama, en el que aparece la muerte de una persona, sobre la que gira, en mayor o menor medida, la trama. Otra buena novela de Highsmith, y ya son muchas.
Este libro aúna la tensión de una buena novela policíaca con un debate moral sobre la culpa y el alcance de los principios personales. Inquietante y ambigua, merece la pena.