Resumen y sinopsis de Gravedad cero de Woody Allen
Woody Allen vuelve en estado puro con una colección de relatos. Fiel a su estilo transgresor, con la ciudad de Nueva York como escenario de sus enredos y dispuesto a no morderse la lengua, el humor de Woody Allen es siempre políticamente incorrecto, popular y sofisticado al mismo tiempo, agudamente observador e implacablemente divertido.
"Gravedad cero", la nueva colección de relatos de Woody Allen, reúne diecinueve narraciones inéditas escritas con una prosa desternillante, un humor a prueba de escépticos y una inimitable habilidad para mezclar la cultura popular con su habitual pedantería. Con la ciudad de Nueva York como escenario de sus enredos, ya escriba sobre caballos que pintan, autos que piensan, la vida sexual de las celebridades, los inconvenientes de asistir con tu pareja a una orgía o la injusticia de reencarnarse en langosta, el humor de Woody Allen siempre es original y transgresor, popular y sofisticado al mismo tiempo, políticamente incorrecto, agudamente observador y, lo más importante, implacablemente divertido. Con este nuevo volumen de relatos, en el que nunca queda claro si se está burlando de sí mismo o más bien de toda la humanidad, Woody Allen se confirma como el último gran humorista de la tradición iniciada por Groucho Marx, S. J. Perelman y Lenny Bruce. En el breve prólogo que introduce el libro, la escritora y periodista Daphne Merkin repasa la trayectoria narrativa de Woody Allen y las claves de su efectivo sentido del humor.
El mismo Woody de humor disparatado, sorprendente, de sus relatos anteriores. Ácido, irónico, sutil, es un deleite para quienes disfrutan de ese tipo de humor.
Woody Allen vuelve a deleitarnos como en sus mejores tiempos de "Cuentos Sin Plumas", con una serie de desternillantes relatos cortos. No sé si habrá influido que soy un incondicional de toda su obra o si realmente se trata del mejor libro de humor que he leído en mucho tiempo. En el último relato del libro, "Crecer en Manhattan", que es el más largo de todos, nos vuelve a llevar al maravilloso blanco y negro de la, para mí, su mejor película: Manhattan, con una prosa mágica que yo pensaba este hombre había olvidado para siempre. A sus 86 años, está más vivo que nunca. Gracias Woody.