Resumen y sinopsis de Un artista del mundo flotante de Kazuo Ishiguro
La Segunda Guerra Mundial ha terminado y Japón comienza a levantarse de entre sus cenizas. En los meses que van desde octubre de 1948 a junio de 1950, el tiempo que media entre el comienzo de las negociaciones para casar a una hija y el matrimonio, Ono, un anciano pintor, recuerda su vida y reflexiona sobre su carrera artística, en un intento por comprender una realidad cada día más ajena. «No sé de ningún colega que pintara su autorretrato con absoluta honestidad», declara Ono, y la pintura que va trazando de sí mismo y de su época es una versión susceptible de múltiples y contradictorias interpretaciones, una trama compleja de instantes perfectos y decisiones erróneas, de heroísmos y traiciones. Los triunfos del pasado de Ono quizá son ahora, como insinúan sus hijas, que esconden sus cuadros, aquello de lo que debería avergonzarse. Ono eligió abandonar las tradiciones pictóricas de sus maestros, los pintores del mundo flotante de los barrios de placer, donde las cosas más bellas se construyen en la noche y se desvanecen en la mañana, para dedicarse a loar un presente más heroico y menos fugaz. Y ahora, el imperio militar que pintó no es más que otro mundo flotante, desvanecido para siempre en la mañana del Japón «democrático» de la posguerra...
En general tendemos a ver los daños directos, humanitarios y materiales, que las guerras suelen generar en una sociedad. Pero en lo que me es personal no ha sido tan claro comprender la magnitud de los cambios que acontecen luego de esas guerras. Y más aún comprender esos cambios, verdadera grieta, que ocurrió en esa sociedad japonesa tan rígida, estructurada, con arquetipos marcados desde sus valores a la concepción familiar. Ishiguro desnuda alguna de esas facetas, de esas nuevas y viejas visiones a través de los protagonistas de esta gran Novela. El choque generacional, y cultural marcó un verdadero shock al que el Arte no escapó. Me encantó este libro.
El cambio de paradigma político en el mundo en que se encuentra inserto el protagonista hace que deba replantearse su vida y su obra. La novela tiene un lado sentimental que apela a una reminiscencia emotiva de lo que fue el Japón Imperial, al paso que va develando los retos que plantea un futuro incierto.
El autor mejora de manera notable la redacción respecto a "Nunca me abandones", pero prescinde de unos de los elementos que abunda en la mencionada obra: la sexualidad.
El "Mundo flotante" es un paraje que puede transformarse de un lugar ameno cargado de placer, en una realidad de escombros que se sumerge en la modernización y renovación de un mundo destruido.
El narrador, un pintor influyente en el Japón de antes de la segunda guerra mundial, cuenta sus vivencias, la desaparición de su mundo, su compromiso con un modo de vida en revisión por las nuevas generaciones posteriores a la capitulación bélica, los conflictos internos por la defensa de una forma de vida ancestral derrotada por los acontecimientos del país, el reconocimiento de errores...
Novela sutil, emocionante, de sentimientos intensos pero expresados con contención, sin caer en la sensiblería, de prosa fácil y atractiva con un tempo lento propio de la cultura asiática.
Extraordinario libro escrito por un autor al que todos deberían acercarse. El libro refleja magníficamente lo que supone enfrentarse a un pasado incomprendido y juzgado por las generaciones posteriores, pero que en su momento puede entenderse como la única realidad posible y, por lo tanto, la correcta. Narra la historia de un anciano artista en el Japón de la posguerra que recuerda su pasado cercano al régimen ahora desaparecido y por el que es juzgado por los miembros de su entorno más cercano. De gran profundidad psicológica y gracias a una prosa bella, el autor consigue hacernos penetrar en esta preciosa historia.