Resumen y sinopsis de Los armarios vacíos de Annie Ernaux
Es la historia de una ruptura social, de una hija atrapada entre dos mundos: el de sus padres, proletarios, poco instruidos, que se ganan la vida con el sudor de su frente, y el de los burgueses, educados, con acceso a la cultura, que se ganan la vida sin arrugarse el traje. Existe una brecha entre lo que estos padres entregados se merecen por los sacrificios hechos para criar a su hija y lo que esta niña es capaz de darles. Este desfase conlleva una gran culpa, de la que deriva una gran ira. Violencia de la sociedad que conduce a la violencia de los sentimientos. Es urgente salir de ese yugo. Y la puerta de salida es la educación, la universidad. Una escritura cruda, arrojada al papel brutalmente, desprovista de cualquier autocensura. Frases aceradas, tensas, como escritas con urgencia para no olvidar, para no retroceder ante tanta verdad.
Una navaja muy afilada para todos los que rodeaban al personaje central. Tras leer ocho títulos de esta autora me queda la interrogante del papel de la autoficción.
Mientras lo leía pensaba que me estaba gustando tanto que volvería a leerlo pronto. Quizá me ayudó a apreciarlo haber leído antes otras obras de Annie Ernaux, porque hay que reconocer que esta lectura es un poco más compleja, por mezclarse con reflexiones e ideas espontáneas de la autora en una forma no lineal y desordenada. Aun así, me gusta por estar cargada de matices acerca de la relación con los padres, el sentido de clase inferior, el despertar de la sexualidad, etc. Con ganas de seguir leyendo lo que encuentre de esta autora.
Maravilloso, sentido, visceral.
Libro complejo, escrito en 1974, el primero de su autora, en el que la protagonista recuerda su infancia y describe los sentimientos que le provocaron sus padres. Es una joven profundamente infeliz, que busca desesperadamente que la quieran y el reconocimiento social. Lectura dura, intimista y desgarradora, escrita con frases cortas y concisas, sin diálogos y que deja al final un regusto bastante amargo.