Resumen y sinopsis de Adiós, pequeño de Máximo Huerta
Cuando el pasado vuelve cargado de silencios.
«Mi madre habría sido más feliz si yo no hubiera nacido.» Así arranca el desgarrador testimonio de un escritor enfrentado a la más dura de sus narraciones, la de su propia vida. Asaltado por los recuerdos mientras cuida a su madre enferma, el pasado se le presenta con vacíos que no logra llenar.
A través de silencios y de un gran talento para la observación, el autor desnuda su intimidad y nos obsequia, con belleza y maestría, el retrato de un país y una época desde su propio universo familiar. Lo acompaña como confidente su vieja mascota, una perrita leal y encantadora.
Descubrir por qué elegimos amar a quien no amamos exige una sinceridad implacable, y eso es lo que no falta en este hermoso relato de despedida. Adiós, pequeño es la reconstrucción emocionante de una infancia en la que todos, abuelos, padres e hijos, han callado demasiado.
Cuando el pasado vuelve cargado de silencios.
Me ha gustado la novela a pesar de que me ha resultado muy triste, pero te reconoces en la infancia que relata tan diferente a como es la vida hoy en día.
Es triste pero a la vez transmite calma, los paseos por las viñas con Leo y los recuerdos de las familias, esas cosas que no escribimos y que desaparecen contigo.
El escritor ha sido un descubrimiento.
Una novela íntima, personal y profunda en la que el autor se ve inmerso en una despedida, tanto de su propia infancia como de sus progenitores, ya entrados en edad avanzada. Cada uno de ellos con quien ha edificado un vínculo muy diferenciado a lo largo de su vida. Un momento vital el del autor, iniciados los 50, en el que hacer balance no es tarea fácil. Lo lleva a cabo desde dentro, desde sus propias tripas, desde su propia experiencia y sus propios remordimientos. Tan directo que escribe delante de su madre. Tal y como lo refleja durante toda la novela.
Intenta recuperar las propias vivencias de sus progenitores dentro de una familia desunida. Los protagonistas son 4, el propio Máximo, su madre y su padre y su perra Leo, de lo más entrañable de la novela.
Es una novela de despedidas, de perdón, cargada de sentimientos, mensajes entre líneas, una lectura autobiográfica a través de la cual el autor plasma sus miedos, sus emociones, ese sentimiento de sentirse transparente, de no sentirse observado, con un lenguaje claro y poético por momentos te lleva a empatizar con el narrador con facilidad. Una historia que destila infancia, pueblo, nostalgia, chimenea, gastronomía de antaño... como único déficit quizás se me ha podido hacer algo repetitivo en algunos tramos de la lectura.
No me ha disgustado pero tampoco ha llegado a emocionarme.
Es un libro que destila tristeza desde el principio hasta el final. Tras una infancia con bastantes carencias como la de tantos, menos que en la época de nuestros padres pero con pasajes muy reconocibles por mí, llegamos hasta la última etapa de la vida de la madre. Pero todo lo de la pena por la muerte varias veces anunciada de un padre ausente, egoísta (pero no siempre)... me cuesta entenderlo.