Resumen y sinopsis de Roma soy yo de Santiago Posteguillo
DESPUÉS DE JULIO CÉSAR, EL MUNDO NUNCA VOLVIÓ A SER EL MISMO.
Si alguna vez hubo un hombre nacido para cambiar el curso de la Historia, ese fue Julio César. Su leyenda, veinte siglos después, sigue más viva que nunca.
Roma, año 77 a.C. El cruel senador Dolabela va a ser juzgado por corrupción, pero ha contratado a los mejores abogados, ha comprado al jurado y, además, es conocido por usar la violencia contra todos los que se enfrentan a él. Nadie se atreve a ser el fiscal, hasta que de pronto, contra todo pronóstico, un joven patricio de tan solo veintitrés años acepta llevar la acusación, defender al pueblo de Roma y desafiar el poder de las élites. El nombre del desconocido abogado es Cayo Julio César.
Combinando con maestría un exhaustivo rigor histórico y una capacidad narrativa extraordinaria, Santiago Posteguillo logra sumergir al lector en el fragor de las batallas, hacerle caminar por las calles más peligrosas mientras los sicarios de los senadores acechan en cualquier esquina, vivir la gran historia de amor de Julio César con Cornelia, su primera esposa, y comprender, en definitiva, cómo fueron los orígenes del hombre tras el mito.
Hay personajes que cambian la historia del mundo, pero también hay momentos que cambian la vida de esos personajes. Roma soy yo es el relato de los extraordinarios sucesos que marcaron el destino de César.
Una vez más Santiago Posteguillo me ha cautivado y ha conseguido engancharme desde el principio. El constante viaje en el tiempo enlazando con la trama principal, al puro estilo del autor, hace que no puedas dejar de leer. Ansiosa por comenzar la siguiente parte: "Maldita Roma".
Una vez más Santiago Posteguillo consigue enganchar desde el principio de la novela. El desarrollo de la novela sigue un ritmo bastante constante, si bien en el primer tercio del libro decae un poco.
Interesante libro para conocer a Julio César, su entorno y época.
Habrá que esperar al siguiente libro para conocer el desarrollo final.
Otra potente e interesante novela de este autor, "estropeada" para mi gusto por la excesiva extensión de los sucesos bélicos y algunos otros que acaban haciendo pesada la lectura. Pero se ve que esta es una característica de todas sus creaciones.
Yo, Rafa.
Y alguno se lo habrá creído. ¡Pero qué inocentes sois!
Roma, soy yo es el primer libro de una saga a la que muchos futurólogos, pitonisos y prestidigitadores se han atrevido a augurar el número de libros que la compondrá.
Solo el tiempo dirá. Y las ventas.
Primer tercio del siglo I antes de Cristo. Dolabela, mano derecha de Sila es acusado por los macedonios de corrupción, malversación y violación.
Según las leyes, sólo quien posee la ciudadanía romana puede ejercer de fiscal.
El tribunal lo componen 52 senadores.
Todos comprados.
Todos corruptos.
Todos poderosos.
¿Algún loco se atreverá a representar al pueblo que engrandeció el Magno Alejandro?
Sí.
Cayo es su nombre.
Por Julio César se le recordará siempre.
Un joven de familia noble pero con modestos recursos.
Un "don nadie" que vive en la mejor casa del peor barrio de Roma.
Un idealista enamorado cuyo mayor delito es ser el sobrino del gran Mario, 7 veces cónsul, líder de los "populares" y leyenda del pueblo y de sus enemigos.
Para ponernos en contexto el autor valenciano (hay que hacer patria) utiliza una serie de flashback donde, por un lado explica el enfrentamiento entre los "optimates" y los "populares".
Los primeros son los hombres excelentes, los mejores entre los mejores, que ansían riqueza y poder. No dudarán en asesinar a cualquiera que ose a llevarles la contraria.
Los segundos, aquellos quienes desean mayores condiciones sociales, económicas y judiciales para todo el mundo.
Por otro lado, estos pequeños saltos temporales forman parte de una trama envolvente marca de la casa donde nada falta: Intrigas, batallas, amor, maldad... hasta la poesía de Safo tiene su discreto espacio.
Pero lo que verdaderamente hace de esta, una obra inmensa es la vuelta de Posteguillo a la arenga, a la retórica.
A la oratoria enardecida y al glorioso discurso que tanto disfrutamos en su trilogía de Escipión.
Reconozco que más de una vez, a falta de gladio o papiro, me he visto mocho en mano dirigiendo unas palabras al ejército ante la inminente batalla o defendiendo con pasión causas injustas.
Con la piel erizada.
Con los pelos de punta.
Sila, Dolabela, Pompeyo, Cornelia, Aurelia, Mario, Craso, Labieno, Cicerón... la lista es interminable, y todos danzan alrededor de la gran estrella emergente.
Si Julia retó a los dioses, hoy solo un dios reta al mundo.
Cayo Julio César.
Y esto no ha hecho más que empezar.
¡Ciudadanos! Tenéis la ocasión perfecta para leer un libro que creará un vacío temporal en vuestras vidas.
Las horas pasarán, pero no tendréis conciencia de ello.
¡Soldados ávidos de literatura! Frente a vosotros, un ejército de novelas aburridas os tientan. Cientos, miles, millones de títulos pendientes os miran desafiantes porque anhelan el mayor tesoro del universo.
Vuestra atención.
Y yo, ¡Por Júpiter! ¡Por Cástor y Pólux! ¡Por Apolo, Hércules y hasta por Sandra Bullock!
Yo os digo, que en cada gota de tinta derramada y hasta en el mismísimo infierno de los apéndices y las notas de autor.
Yo os juro, ¡maldita sea!
Que esta novela histórica se meterá en vuestras venas envenenado la sangre de pura pasión.
Porque si hay algo inamovible, indiscutible e irrevocable es que en cada libro que leo de don Santiago Posteguillo...
Roma, soy yo.
Notable como siempre Posteguillo. No falta nada para pasar un buen rato de lectura.
Con su habitual maestría Santiago Posteguillo nos relata los primeros años de la vida de Julio César, una etapa poco conocida.
Deslumbrante recreación novelada de la Roma antigua, trepidante y entretenida. Esta vez Posteguillo comienza a seguirle los pasos a un joven Julio César en un momento en que es prácticamente desconocido. A destacar la reconstrucción del juicio a Dolabela en un ejercicio que me ha recordado al novelista inglés Robert Harris y su trilogía sobre Cicerón.
Novela histórica ambientada en la antigua Roma. Nos narra los primeros años de vida hasta los 23 años de Cayo Julio César.
La historia transcurre en torno a un juicio, pero tiene subtramas en las que están implicados varios protagonistas.
Como no podía ser de otra manera, traiciones, política, luchas, tejemanejes o conspiraciones no faltan en esta novela.
Como siempre, Santiago Posteguillo, el autor, le dota de su sello personal. Una ambientación detallada y minuciosa, pero que consigue que la lectura sea amena a pesar de la densidad de la obra. Y teniendo en cuenta lo que ya todo el mundo sabe de Julio César, se ha centrado en sus primeros años de vida, que quizás no sean tan conocidos.
En definitiva, un gran libro.
Debo reconocer que a medida que pasaban las primeras hojas leídas y no lograban engancharme me entré a poner nervioso. Hasta que en determinado momento la lectura tomó un giro al mejor estilo Posteguillo. Y recién hojas después entendí, lo necesario de esas primeras páginas de narración que resultó ser un introito fundamental para el posterior desarrollo de esta genial novela. Me resultó a la postre un artilugio cautivante el de manejar la narración en dos o más tiempos a través de los ojos de sus protagonistas. Me encantó y espero ansioso las entregas por venir. No era fácil darle un encare diferente a un personaje histórico tan trillado y utilizado por infinidad de escritores, como lo fue Cayo Julio César. Pero Posteguillo logró una nueva óptica con su sello personal dándole a la lectura dinamismo, suspenso y credibilidad.