Resumen y sinopsis de El último gudari de José María Nacarino
¿CÓMO SEGUIR VIVIENDO CUANDO NO SABES EL PRECIO DE TU PROPIA VIDA?
LA RESPUESTA ESTÁ EN ESTE THRILLER VALIENTE Y ADICTIVO.
HUBO UN TIEMPO Y UN LUGAR EN LOS QUE LA VIOLENCIA DOMINABA LA VIDA DE TODOS
Estamos en 2005, una época convulsa y envenenada por una ETA que se resiste a desaparecer.
A partir del material incautado a un comando, los agentes Alkorta y Reyes se lanzan a la caza de un escurridizo jefe etarra. No cuentan con mucho tiempo, ya que un atentado es inminente y la banda tiene en el punto de mira a Xabi, un concejal jovial y despreocupado de un municipio de Guipúzcoa. Al mismo tiempo la abogada abertzale Jone Larrucea intenta desenredar la madeja de intereses tejida por su entorno y arrancar una tregua a la cúpula etarra, pero su hijo Pipe tiene otros planes. Se ha adueñado de las calles junto a su cuadrilla de borrokas y está dispuesto a hacer lo que se espera de él: entregar su vida a la causa.
Cada uno tiene sus motivos, pero quizá no sean los que los demás les presuponen.
Arrastradas por la vorágine de la violencia, las vidas de todos ellos están a punto de colisionar en este thriller lleno de acción y suspense ambientado a ambos lados de la frontera franco-española.
A través de una narración frenética en la que subyace la necesidad de reconciliación, pero también de memoria, El último gudari despliega diversas tramas que convergen de forma inesperada, como piezas de un delicado rompecabezas, en un inexorable final.
Esta novela es una notable recreación de la situación en el País Vasco antes de la tregua. Se muestran diversos puntos de vista y sensibilidades: presos, políticos, policías, etarras, gente que apoyaba a ETA y gente que la rechazaba, jóvenes radicales con el cerebro bien lavado, crueles asesinos... un mundo complejo.
La verdad es que me ha sorprendido. A pesar de la extensión de la novela no he podido dejar de leer de principio a fin. Historias entrecruzadas de una Euskadi todavía con ETA matando pero dando sus últimas boqueadas. Las historias, aunque ficticias, se quedan en la memoria porque son cercanas, casi reales.
Primera novela de este autor gaditano que vivió sus veranos de la infancia y la juventud en Zarautz (Gipuzkoa). Fruto de ello ha escrito una novela muy completa sobre un tema delicado, relativamente reciente y con sus matices, bastante cercano a la realidad vivida en el conflicto vasco durante los últimos 50 años aquí en mi tierra.
La trama se desarrolla en el año 2005, en una Euskadi dividida, inmersa en pleno conflicto político y social. Narrada desde diferentes ángulos, desde muchos prismas. Como protagonistas, una etarra que cae presa en una redada en la ciudad de Granada, una pareja de policías, expertos en lucha antiterrorista encargados de desmantelar un "talde", un líder etarra que actúa desde la clandestinidad, un concejal de un pueblo industrial gipuzcoano en el "punto de mira" de la banda y cómo viven tanto él mismo como su familia toda esa situación, un tabernero colaborador y recaudador del impuesto revolucionario de la banda etarra, la madre de la presa etarra que se mete 1000 km en autobús para ver a su hija presa, una abogada defensora de la vía política como fin del conflicto y su hijo adolescente perteneciente a la "kale borroka", un etarra liberado que no deja de "trabajar para la causa", un empresario secuestrado por la banda, un par de escoltas, los agentes políticos que manejan la situación desde la sombra, desde ambos lados según los intereses de sus superiores...
Con esta amalgama de personajes son muchos los asuntos que trata el autor durante la novela, desde el trabajo de seguimiento y de investigación por parte de los policías, las experiencias vitales y los procesos emocionales que sufren los presos y sus familiares, las vías de negociación, los chantajes, las extorsiones, la situación social en aquella época, los vacíos a los que se enfrentan los "arrepentidos", los
"ongi etorri", las torturas a los presos, los atentados... todo ello en clave thriller.
En sus 751 páginas, las cuales en un principio me echaron para atrás, pero con un ritmo constante y una manera de narrar sencilla y cercana, con tópicos vascos, y con ciertos diálogos que te llevaran al traductor bien al euskera como al francés, me ha dado tiempo a sufrir, a resoplar, a reflexionar, con escenas duras, a recordar tiempos que no deberíamos olvidar para que no vuelvan a ocurrir.
No es una novela de historia, es una historia ficticia de personajes semejantes a la realidad y de sus diferentes procesos, sufrimientos y vivencias.
Una lectura necesaria para muchos que viven en la ignorancia y que les puede ayudar a entender algo mejor todo este conflicto que marcó a una sociedad.