Resumen y sinopsis de El funcionamiento general del mundo de Eduardo Alfredo Sacheri
«—Me gusta tu idea, Benítez.
—¿Cuál idea, profe?
—Esa: que jugar es como entender el funcionamiento general del mundo.»
El viaje a las Cataratas del Iguazú de Federico Benítez y sus hijos ya está arreglado, pero una llamada de último momento altera los planes: una deuda de gratitud, vieja e impostergable, lo obliga a cambiar de rumbo y encaminarse, con esos dos disgustados adolescentes a la rastra, hacia la lejana Patagonia.
En cuatro días de viaje este hombre ensimismado y torpe les contará a los jóvenes una historia oculta que es la suya, la suya y la de su desangelada adolescencia, la suya y la del Primer Torneo Interdivisional de Fútbol del Colegio Nacional Normal Superior Arturo Del Manso, jugado en 1983. Y ese torneo de fútbol, con sus arbitrariedades, con sus trampas, con sus mezquindades pero también con sus grandezas, con sus luces y con sus sombras, será para este muchacho de quince años un laboratorio de la vida, del que saldrá transformado.
Bajo la forma de un relato de viaje, de una novela de iniciación, Eduardo Sacheri nos atrapa en una historia emocionante sobre los vínculos humanos y nos muestra cómo en el inmenso friso del poder puede recortarse de pronto una figura generosa capaz de cambiar el curso de una vida.
No es de lo mejor del autor pero Sacheri nunca falla. Lectura amena y por momentos muy nostálgica de una Argentina que ya no es, pero es parte de lo que hoy somos. Las charlas entre un padre y sus hijos adolescentes son muy divertidas y profundas a la vez. Esperando lo próximo de Eduardo.
Conocí a Eduardo Sacheri cuando me regalaron ‘La noche de la usina’, una novela que afronté por compromiso, pero que me encandiló desde el principio hasta el final. Cuando ‘La odisea de los giles’, su versión cinematrográfica, cumplió el tópico de quedar muy por debajo de la obra literaria, vi confirmada mi sensación de que, además de una buena trama, era la forma de escribir de Sacheri lo que me había cautivado.
Con ese gozoso precedente, me animé con ‘El funcionamiento general del mundo’, que me ha dejado un sabor de boca igual de bueno que ‘La noche de la usina’. Estamos ante una road movie en la que viajamos desde Buenos Aires hasta la Patagonia profunda a bordo de un desvencijado coche conducido por un padre que lleva a cuestas a sus dos hijos adolescentes. La idea era subir hasta el Iguazú para una estancia playera, pero a última hora a Federico Benítez le avisan de que ha fallecido una antigua profesora suya, y decide acudir al funeral pese a que no puede dejar a sus hijos con su ex, y a que no hay vuelos hasta el recóndito pueblo situado allá abajo, al sur del sur de la Argentina.
A partir de ahí, Sacheri alterna con naturalidad y maestría las cuitas del viaje con el relato que hace Federico a sus hijos de un campeonato de fútbol en el que participó en el colegio, y en el que la fallecida profesora jugó un sorprendente papel protagonista.
Queda claro que los sucesos que jalonan las páginas de la novela no son precisamente trascendentes. Pero el autor nos los cuenta de tal modo que nos enganchan irremisiblemente, con una riqueza en el lenguaje desprovista de artificios y profundamente argentina, un caramelo para alguien como yo, que adora esas expresiones, ese acento, esa cadencia.
Siento un enorme rechazo por el carácter dictatorial que ejerce el fútbol sobre nuestra sociedad, colonizando el tiempo y la conversación pública de una manera obscena, y convirtiendo a quienes no sigan la actualidad madridista en gente sospechosa, inadaptada. Así, solo mi deseo de volver a dejarme envolver por la prosa de Sacheri me convenció de dejar que el santo fútbol empape, por una vez, mi refugio lector. Afortunadamente, tomé una buena decisión, ya que aunque el balón rueda por muchos de los capítulos, no es ni mucho menos una novela exclusiva para militantes del balompié.
Intentaré, en vista de cómo me agrada su obra, que no pasen otros cinco años antes de volver a sumergirme en una nueva propuesta de Sacheri.
De lectura divertida, lenguaje común y relatos que cualquiera de nosotros ha vivido, la novela es una especie de road movie nostálgica entre un padre y sus hijos adolescentes. La situación es un poco (más bien bastante) forzada, un ámbito no ortodoxo para abrir espacios cerrados por parte del padre; los hijos son... hijos, no muy interesados en casi nada, pero prestan atención sin involucrarse demasiado. Lo central es la historia que cuenta el padre, que justifica (para él) el extraño viaje que los une. Entretenida, humana, de a ratos divertida.