Resumen y sinopsis de El viejo que se echó al monte de Alonso Carretero
Yo era, y seguramente hubiera sido hasta mi muerte, un hombre sereno, pero en los últimos tiempos algunas injusticias me sacaron la bestia que llevo dentro. Un día se me acabó mi fe veterana y la bonhomía. Llegó el momento en que la esperanza dejó de ser virtud y la desterré de mi vida. Antes de contarle por qué y de qué huyo, me gustaría remontarme a mi origen, decirle quién soy, cuáles han sido mis pasos y por qué he llegado a esto. Claro que era de esperar que terminara mi buena estrella, pero no de esta forma tan cruel. Casi podría decirle que nací con antecedentes penales, luego, y según me fueron las cosas, creí haber encontrado la senda de la felicidad. Ya de viejo, me instalé en la complacencia; confié en que la lucha había merecido la pena y que la cuerda del contrato social (la fe en el hombre libre que necesita vivir en el Estado de Derecho, que le asegure la libertad y la justicia), me duraría hasta ver a mis nietos viviendo en una sociedad más justa, desarrollando sus capacidades, como progresaron mis hijos -antes de que también ellos cayeran en el declive actual-, pero una vez más fui optimista en las previsiones.