Resumen y sinopsis de Todos los veranos del mundo de Mónica Gutiérrez
Helena no sabe cómo sobreviven las familias cuando coinciden todos sus miembros bajo el mismo techo, pero está a punto de averiguarlo.
Helena, decidida a casarse en Serralles, el pueblo de todos sus veranos de infancia, regresa a la casa de sus padres para preparar la boda y reencontrarse con sus hermanos y sobrinos. Un lugar sin sorpresas, hasta que Helena tropieza con Marc, un buen amigo al que había perdido de vista durante muchos años, y la vida en el pueblo deja de ser tranquila.
Quizás sea el momento de refugiarse en la nueva librería con un té y galletas, o acostumbrarse a los excéntricos alumnos de su madre y a las terribles ausencias. Quizá sea tiempo de respuestas, de cambios y vendimia. Tiempo de dejar atrás todo lastre y aprender al fin a salir volando.
Me siento especialmente atraída por una portada bonita de libro… Igual que la portada, así es la historia que se cuenta dentro. Una historia dulce, delicada, sencilla que no simple, que nos evoca a la familia, a los veranos de la infancia en los pueblos, al amigo/a especial de esos veranos.
En definitiva, a nuestra esencia que, en la vorágine en la que convertimos nuestra vida no nos damos cuenta de que vamos dejando atrás. Ojalá podamos volver a ella…