Resumen y sinopsis de La familia Martin de David Foenkinos
Con más de tres millones de lectores y quince premios literarios (entre ellos el Renaudot y el Goncourt des lycéens), David Foenkinos vuelve con una novela sobre la inspiración y las inesperadas posibilidades de la vida.
Un escritor inmerso en un bloqueo creativo decide llevar a cabo una acción desesperada: el tema de su próxima novela será la vida de la primera persona que se encuentre por la calle. Así entra en su vida Madeleine Tricot, una anciana encantadora dispuesta a hablarle de sus secretos y heridas: del matrimonio y la viudedad, de su trabajo como costurera para Chanel durante la época dorada de Karl Lagerfeld, de la dispar relación con sus dos hijas. Valérie, la mayor de ellas y que vive en el mismo barrio, duda de las intenciones de este escritor, pero decide que puede ser una buena terapia para su madre. Y no solo eso: para que pueda continuar con su tarea, exige al escritor que la incluya a ella en la historia que está esbozando, así como a todos los miembros de su familia, la familia Martin, atravesada tanto por el amor como por el agotamiento de la rutina.
Poco a poco los hilos de todas estas historias se van enredando en una madeja de recuerdos, anhelos, rencores, emociones que parecían perdidas y otras que, con suerte, pueden ser recuperadas.
Lo sencillo y rutinario convertido en original e interesante. Un escritor con una crisis de inspiración decide convertir a la primera persona con la que se cruza en el personaje de su próxima novela. El resultado es ameno, entrañable y singular.
La estrategia que decide llevar a cabo un escritor, que no da con un tema interesante, de escribir una novela a partir de la primera persona que encuentra en la calle no me ha parecido ni creativa ni extraordinaria.
El escritor va anotando aquellas cosas que les cuenta la familia de la anciana con la que se ha tropezado. En realidad parece que hace un planteamiento de sopesar el binomio ficción-realidad. ¿Puedo describir simplemente la realidad? ¿Si lo hago, y me meto en ella para preguntar, indagar... la voy a modificar sin quererlo?
La verdad es que leer sobre los asuntos y relaciones de los distintos miembros de la familia no me ha resultado muy interesante.
Sobre algo tan sencillo como narrar la historia de la primera persona que se encuentra por la calle, escribe un relato que es el hilo conductor de la novela. Un aprendizaje mutuo del narrador y de la familia... Muy entretenido.
¿Cuánto hay de novelístico en lo cotidiano? ¿Vale la pena escribir sobre la primera persona que te encuentras al salir a la calle? Estas son las dos preguntas que se plantea el autor de este libro, que nos narra día tras día el resultado de un experimento. En plena crisis de producción, un reputado escritor (Foenkinos mismo, como se desprende de algunas referencias) se decide a comenzar una novela con la historia de la primera persona que se encuentre al salir a la calle. Esa persona resulta ser Madeleine Tricot, una viuda que comienza a sentir los primeros síntomas de Alzheimer, y que acepta de inmediato la invitación del escritor, invitándolo a tomar un café en su casa. Estando ahí, aparece Valerie, una de las dos hijas de Madeleine, que al comienzo se muestra desconfiada. Una vez comprobada la identidad del escritor, Valerie lo invita a cenar con ella, con su marido Patrick y con sus dos hijos adolescentes, Lola y Jeremie.
A partir de ahí, el escritor va entrevistando a los miembros de la familia, que cooperan con mayor o menor interés, o incluso con intereses particulares, y se involucra de manera en cierto modo peligrosa e irreflexiva en la relación de pareja del matrimonio y en los recuerdos de Madeleine, que lo llevan a Ives, un amor de juventud, desaparecido hace ya cuarenta años. El autor va reflexionando sobre su papel y sobre los efectos que, quizá de forma irresponsable, tiene su irrupción en los miembros de una familia completamente normal de la clase media. Foenkinos va sembrando el relato de citas de sus escritores y cineastas favoritos, lo que confiere a la breve novela algo más de entidad. Como sucede en otras obras de este autor francés, el relato parece el guion para una película, y no es improbable que se convierta en una.
Un relato agradable y recomendable, como muchas otras obras de Foenkinos.
Demasiado corta, una vez más. Llamémosle metaliteratura o equis, este señor no deja de agradarnos los ratos de ocio. La podemos haber leído 100 veces y no dejará de sorprendernos. Es la primera persona más reconocible de la literatura actual, siempre en mi equipo. Por poner un pero, el final un tanto atropellado, deudor de esa visión de la novela como una historia redonda, que el propio autor confiesa en la trama. La historia, lo de menos, como en los mejores escritores. Una gozada.
El planteamiento de esta novela es muy original: el autor escribe la historia de la primera persona con la que se encuentra por la calle. Así empieza el relato al más puro estilo Foenkinos, donde priman la prosa sencilla, el estilo elegante y cierto sentido del humor. La lectura es fluida y ágil y, aunque no es lo mejor de este autor, se lee de un tirón.