Resumen y sinopsis de Jardín blanco de Laura Alcoba
A comienzos de 1960, Perón llega a Madrid. Viene de un exilio latinoamericano, errando por diversas ciudades, sin hallar un lugar. Su legendaria figura no concita la pasión que años antes, y que volverá a tener años después. El fantasma de Evita lo asola, no consigue que Francisco Franco lo reciba y el poder parece esquivarlo. Pero la ciudad le depara otras sorpresas, porque vive en el mismo edificio que Ava Gardner. Ella también, a su modo, parece signada por la memoria: de los amores de Frank Sinatra y Dominguín, de sus días de Hollywood. Frente a esos embates, hay siempre un vaso cerca para rebatir el agobio y la soledad; está Carmina, una española adorable, ante quien se confiesa; y las flores blancas que quiere ver cada mañana lozanas en el jardín del edificio. Como en un tapiz de tres colores, en Jardín blanco confluyen tres voces femeninas: la de Ava Gardner, pautada por una angustia ligera que recupera su pasado con pasión y sin piedad por sí misma; la de Carmina, que ha llegado a Madrid con un grave problema, y ve cómo crece mientras ella descubre un mundo insólito; la de del fantasma de Evita, cuyo es objeto es el Perón que la sobrevivió, tan distinto del que alguna vez amó. Con un dominio inalterable de cada una de estas voces, Laura Alcoba escribió una novela perlada por una tenue melancolía, un pequeño tratado del alma femenina, con sus pliegues sutiles, sus alegrías pasajeras, sus dudas persistentes. Una novela donde tres caminos surcan y crean un tapiz, que esconde un dibujo en sombras: el de la felicidad desconocida, inubicable.