Resumen y sinopsis de Cuerpo a cuerpo de Eugenio Fuentes
Un solo asesinato y demasiados sospechosos en un nuevo caso de Ricardo Cupido.
Samuel observa cada día desde su ventana a una mujer que deja a los niños en la parada del autobús escolar. Fascinado por ella, una tarde en que él está ausente programa su cámara para hacerle varias fotos. Pero además de las imágenes de la mujer, la cámara capta un hecho inesperado: ese día y en esa esquina unos adolescentes provocan al perro de una casa vecina, éste salta la verja, muerde a uno de ellos y lo mata.Samuel prefiere ocultar esas fotos y, sobreponiéndose a su natural timidez, acaba presentándose a la mujer que ve cada mañana. Es Marina, hija de un militar, el comandante Olmedo, encargado de desmantelar el cuartel de la ciudad. Olmedo, hombre estricto y cumplidor de su deber, aparece en su domicilio con un tiro en el pecho de su propia pistola. Pero Marina no cree la versión oficial del suicidio de su padre y contrata a Ricardo Cupido, detective descreído y pacífico que, en su investigación, descubrirá lo mucho que ocultan las vidas de estos personajes y las tensas relaciones que establecen entre ellos. Desde los compañeros de cuartel, hasta el ex marido de Marina, todos tienen razones para ser sospechosos.
He de reconocer que no soy entusiasta de este género y que lo leí por recomendación. El autor nos presenta a todos los personajes, entre ellos a los potenciales asesinos, sin escatimarles motivos para el crimen y así despistarnos. Lo empecé a leer con ganas y atraído por el perfil psicológico de los personajes (quizá lo mejor de la novela), pero fue perdiendo interés por la cantidad de cabos sueltos que deja el autor y que se intuye tendrán relevancia en el desenlace de la novela. Por otro lado, chirría prácticamente todo lo referente al estamento militar (personalidades, organización, etc., no ajustadas minimamente a la realidad actual). Aunque el final sorprende, hay datos que no cuadran (se ocultan hechos sin motivo durante el transcurso de la novela y aparecen al final para apuntalar el desenlace). Analizando el caso en frío, parece invesorímil que un juez, la policía y la autopsia den por cierta la hipótesis de suicidio de un militar que aparece con un tiro en el pecho con una pistola ilegal con silenciador (disponiendo de la propia). En fin, un puzzle cuyas piezas no llegan a encajar bien.
Un libro como éste siempre es complicado escribirlo; la típica historia de cómo una hija no se cree la versión oficial del suicidio de su padre y decide investigarlo; la literatura está llena de temas como éste. Sin embargo aquí el autor, apoyado por una narración centrada en el lado humano del personaje en vez de la pura investigación policiaca y de un detective quijotesco -que decide seguir investigando aún después de haber sido despedido- acopañado de su particular sancho panza resuelve con eficacia el problema.
Aunque el final viene un poco cogido por los pelos -las casualidades siempre existen, y los forenses alguna vez se equivocan o no hacen bien su trabajo-, el libro se lee con ganas.