Resumen y sinopsis de Asombro y desencanto de Jorge Bustos
No viajamos para evadirnos de la realidad sino para recobrarla. Vivimos en un mundo crecientemente virtual que falsifica las sensaciones y vacía el sentido de las palabras. Si como cree Bustos la verdad del oficio periodístico nace siempre de un viaje —andar, ver y contar—, entonces nada habrá más urgente y verdadero que desoír el antojo frenético de la actualidad y abrazar la quietud de los pasos perdidos y los sentidos despiertos. Con humor, lirismo y un dominio absoluto del lenguaje, Bustos narra dos viajes enfrentados entre sí por el espacio, el tiempo y una mirada que oscila siempre entre el desencanto y el asombro, entre lo francés y lo castellano, entre el casticismo y la ilustración. Del ardor mesetario a la templanza bretona, del corral de comedias a la ópera versallesca, del loco que se creyó Amadís al loco que se creyó Napoleón, del museo de quijotes de El Toboso a la feria de selfis del Louvre y del honrado valdepeñas al majestuoso burdeos, la escritura depurada de este libro sacia esa sed de cosas concretas que Josep Pla reclamaba a la mejor literatura: observación, reflexión y confidencia.
Jorge Bustos se destapa como bastante peor literato que tertuliano. Es innegable que domina la escritura, pero hay un no se qué en su forma de relatar, una pedantería salpicada con aforismos chuscos, un sobrevuelo moral que no acaba de convencer. Más allá de cuestiones de estilo, la obra es el relato de un par de viajes, La Mancha y Francia, con tópicos telegrafiados, delectaciones arquitectónicas y cierto humor inteligente. Se hace largo porque es corto.