Resumen y sinopsis de Transbordo en Moscú de Eduardo Mendoza
La vida de familia y la de agente secreto no son fáciles de compaginar. Vuelve Rufo Batalla.
Las aventuras de Rufo Batalla parecen encaminarse al remansamiento cuando contrae matrimonio con una rica heredera, pero no consigue olvidar al príncipe Tukuulo y a su exquisita esposa. La agitada transición política española ha dado paso a una prosperidad económica que parece destinada a no tener fin. Mientras, la caída del muro de Berlín culmina un proceso de transformación que presagia el descalabro de la URSS, y de repente lo que parecía una locura, la conquista del reino de Livonia, se vuelve posible.
Siempre por razones ajenas a su voluntad, Rufo Batalla viaja a Londres, Nueva York, Viena o Moscú y se enfrenta a situaciones insólitas, obligado a desempeñar papeles que nunca habría elegido. Pero cuando descubre que el servicio de inteligencia soviético anda tras el príncipe, Rufo se dará cuenta de que la vida familiar y la de agente secreto no son fáciles de compaginar.
Asiste el lector a los fenómenos sociales de la etapa final del siglo xx a través de la impagable mirada de un Rufo Batalla dividido entre una plácida existencia y su compromiso con el pretendiente a un trono de opereta. Nada de cuanto le sucede, sin embargo, le hace perder la compostura. El fin de siglo presagia cambios irreversibles, pero siempre quedarán algunas certezas: la fe en la razón, el arte y la prosa chispeante y aguda del gran narrador Eduardo Mendoza.
Última entrega de la trilogía protagonizada por Rufo Batalla, ese personaje holgazán, abúlico y estrafalario, que en esta ocasión se ha casado con una rica heredera y aprovecha para viajar y seguir con sus tareas de espía ayudante del príncipe Tukuulo. Como siempre, a la novela no le faltan el sentido del humor, el ingenio y un interesante recorrido por algunos de los principales acontecimientos de finales del siglo XX. Entretenida, amena, con buen ritmo, esta última entrega me ha parecido la más redonda de las tres.
Mendoza culmina su trilogía nostálgica a lo grande, con su mejor pieza. Un recorrido por las postrimerías del siglo XX, desde su Barcelona olímpica, y con escalas turísticas en Polonia, Londres, Ibiza, París, Viena y Moscú. El argumento es lo de menos, como en toda gran novela. El protagonista es el siglo que se agosta, esa atmósfera que envuelve todas las andanzas de Rufo, bon vivant aspirante a alter ego, batallando plácidamente contra sus principios y contra el tiempo. Como todo hijo de vecino, vamos, pero con más elegancia. Notabilísimo último baile.