Resumen y sinopsis de La tierra prometida de Javier Fernández de Castro
La tierra prometida es una novela de aprendizaje. El aprendiz, en este intrigante relato, es Severo Vidal Dalt, hijo de Severo Vidal Casas y nieto de doña América Casas, a quienes los lectores han conocido en La novia del capitán. Severo es un típico producto de la burguesía industrial barcelonesa surgida del franquismo. Tiene dieciséis años pero tanto física como mentalmente está muy desarrollado para su edad, lo cual hace que todos le tomen por una persona mayor y más formada de lo que es. La base del problema es que Severo – sin demasiadas razones para ello – se siente física y espiritualmente ajeno a los usos, valores y objetivos de la clase social a la que pertenece. Y debido a su poco razonado rechazo a los mismos, se va creando un entorno familiar cada vez más conflictivo y agresivo. Por alguna razón tampoco bien explicada, su padre, conocido como don Severo en atención a su rango, ha decidido dejar a su primogénito como toda herencia una gigantesca finca cinegética altamente tecnificada, ello a pesar de que el beneficiario de la misma detesta casi enfermizamente todo lo relacionado con la naturaleza.
Por aquello del azaroso discurrir narrativo, Severo acabará inevitablemente yendo a parar a esa finca, a la que llega de noche, a tientas y totalmente perdido. Es entonces cuando se produce un encuentro fortuito, mitad desesperado y mitad amoroso, es decir, altamente conflictivo. Ya de madrugada, mojado, con la ropa desgarrada y unos arañazos en la base del cuello difíciles de explicar, Severo prosigue su camino hacia la finca – la tierra prometida – sabiendo que va a tardar años antes de explicarse a sí mismo lo que ha pasado esa noche, y su amorosa conducta con una criatura surgida de esa naturaleza a la que odia con toda su alma.