Resumen y sinopsis de La hora de las gaviotas de Ibon Martín
Nadie como Ibon Martín para sumergirnos en uno de los enclaves más sobrecogedores de la costa vasca.
El odio es el enemigo más peligroso.
Las gaviotas sobrevuelan inquietas la ciudad marinera de Hondarribia, que se ha vestido con sus mejores galas para celebrar un día especial. Sus graznidos compiten con los alegres sonidos que inundan las calles, donde los vecinos se preparan para disfrutar de la fiesta ajenos a la terrible amenaza que se cierne sobre ellos.
En mitad del desfile se desata el horror. Una puñalada salvaje y certera riega con sangre el frío suelo de piedra. Una mujer ha muerto asesinada. Y no será la última. La suboficial Ane Cestero y su unidad especial tendrán que dar caza a un asesino feroz e implacable, capaz de ocultarse a la vista de todo un pueblo.
La hora de las gaviotas es un thriller sinuoso, magnético e impecable que nos enfrenta al peor de los enemigos: el odio visceral que late escondido en todos nosotros.
Se me ha hecho bastante pesado con esas descripciones reiterativas del País Vasco al empiece de cada capítulo.
Cumple los requisitos de novela negra, se me hizo un poco aburrido a la mitad del libro, al final hay más suspense y tensión, me gustaron los personajes pero la historia se complica con situaciones rebuscadas.
Buena historia, bien desarrollada por Ibon Martin, con un tema muy delicado, y que no dejará indiferente al lector.
En la línea de sus anteriores trabajos, buen ritmo, lectura rápida y fácil y buen resultado.
Tal vez como trama sea, junto a "El faro del silencio", de las mejores entre las novelas de Ibon Martín. No obstante, tiene muchos peros que me han dejado un sabor agridulce.
El primero, los capítulos en que aparece Madrazo, que no se qué pintan en la novela.
El segundo, que el comienzo, hasta la página 100 aproximadamente, se me hizo muy lento y pesado, con la sensación de que estaban pasando muy pocas cosas.
Y el tercero, el excesivo protagonismo del feminismo. Hasta un punto puede estar justificado por la trama, pero una cosa es aprovechar para hacer crítica social y reivindicarlo (como ya ha hecho Ibon en novelas anteriores y, por cierto, cada vez más) y, otra, escribir con expresiones del tipo "este sistema patriarcal" que parecen más propias de un libro de ensayo que de una novela policíaca. Igualmente, hay pasajes, como un capítulo entero en el que simplemente se describe una cena entre amigas con diálogos acerca de lo bueno que está este o el otro, lo que les gustaría hacer con uno u otro... que están de más. (Aparte de que a mí esos diálogos me han parecido ridículos, casi de adolescentes). Ojo, que con esto no quiero decir que no sean gravísimos y deleznables los hechos que Ibon denuncia en la novela, porque lo son. Hay un capítulo, por ejemplo, que relata muy bien el miedo que puede sentir una mujer al volver sola a casa por la noche. Pero, parafraseando al propio autor en uno de los diálogos de esta misma novela... "se empieza a hacer pesado".
Un thriller policiaco de suspense. Una trama bien construida, donde el desenlace no se deja entrever hasta el final.
El tema de trasfondo daría para varios libros. El autor lo toca de una manera clara y concisa sin que dé lugar a polémicas.
Sexta novela policiaca de este autor donostiarra, y segunda con los mismos protagonistas tras "La danza de los tulipanes", con su estilo particular, intriga constante, descripciones al detalle de la zona en la que se desarrolla la trama y en esta ocasión con una critica social muy bien documentada y justificada, con un peso relevante en una historia cargada de odio, rencor y maldad. Mejorando con cada novela.
En esta ocasión el autor nos lleva a la preciosa Bahía de Txingudi, con Hondarribi como núcleo de la acción y con la tan problemática y arraigada fiesta del alarde de dicha localidad como punto de partida. Así, el día grande de las fiestas de la localidad bidasotarra se ve salpicado por el asesinato de una mujer participante en el desfile "no oficial" por arma blanca, con el pueblo íntegro echado a la calle, y con el inicio de una investigación que remueve a toda una población dividida política y sobre todo socialmente y a un cuerpo policial encabezado por Ane Cestero, quien teme volver a despertar fantasmas del pasado personal y profesional, y a sus compañeros de la UHI (Unidad de Homicidios de Impacto de la Ertzaintza), con un papel secundario pero relevante por parte de su jefe Madrazo.
A dicho crimen machista se le van sumando nuevas desapariciones y varios asesinatos que van hilando una trama totalmente adictiva con una investigación policial bien enfocada, con giros inesperados y momentos de tensión constantes, con un fondo de crítica social, que se convierte en un personaje más. Sin olvidarse del papel de los personajes secundarios como Madrazo.
Se refleja con sutileza una sociedad dividida entre quienes defienden el mantener las tradiciones y se conforman con vivir anclados en el pasado, manteniendo el rol de la mujer en un segundo plano, y quienes abogan por una nueva sociedad igualitaria y justa.
Las descripciones físicas, al igual que en el resto de sus novelas, son un verdadero tesoro para el lector, como es mi caso, conocedor de los lugares donde se desarrolla la trama, y para el que no, invita a hacer una ruta turística.
Con inicio algo más lento que la anterior novela, en esta ocasión el enclave físico tan bien descrito al igual que los diferentes estatus sociales de la comarca, la crítica social y la resolución de la investigación me han satisfecho de igual manera que en su anterior obra. Sin olvidarme de los mensajes y reflexiones que se suceden a lo largo de la novela que nos invitan a pensar sobre el papel que queremos y debemos tomar como parte de esta sociedad en la que vivimos.
Aunque, según avanzan la novela y las investigaciones de la subinspectora, los motivos del asesinato cambian, la resolución del caso es coherente, la lectura amena y el marco geográfico ideal.
Evidentemente el lector que quiera profundizar en los temas que aparecen en una novela, tiene hoy en día todas las herramientas para hacerlo, he echado de menos un poco de profundidad en la polémica del alarde.