Resumen y sinopsis de Las niñas no deberían jugar al fútbol de Marta Buchaca
Anna, una niña de doce años; Lidia, una chica de treinta; y José, un hombre de cincuenta, han tenido un accidente de coche. Sus familiares no saben quiénes son las otras personas que iban en el coche con ellos. ¿Quiénes son en realidad Anna, Lidia y José? ¿De qué se conocían? ¿Dónde iban? Y lo más importante: ¿por qué ninguno de ellos había hablado de la existencia de los otros?
Este libro recoge el guion de la obra de teatro bajo el mismo nombre de Marta Buchaca Alemany, de la que se llevó a cabo una adaptación cinematográfica en el año 2014.
Muy interesante, Las niñas no deberían jugar al fútbol, es una pieza teatral maravillosa que te impacta con la realidad de la vida cotidiana. La autora no necesita más elementos que los que impregnan nuestra cotidianidad para conseguir una obra lúcida y trágica, pero a la vez profundamente humana.
La autora, Marta Buchaca, por desgracia era una total desconocida para mí. Y es una lástima por que resulta una escritora magnífica con un estilo fresco y joven. Su escrito cuenta con una prosa dinámica y sencilla y un lenguaje puramente funcional. Las descripciones, por motivos obvios (al fin y al cabo estamos hablando de teatro) son demasiado básicas como para tenerlas en cuenta. Algo similar podía decirse de los personajes, que a pesar de ser el motor de la obra, tampoco parecen demasiado perfilados. Error que se puede excusar en favor de la trama.
La historia que nos cuenta, Las niñas no deberían jugar al fútbol, es de una belleza muy sutil que solo se consigue cuando se narran hechos profundamente tristes pero que tienen una explicación engañosamente simple. En esencia la obra teatral está ubicada en una sala de espera de la UCI donde tres personas, Sara, Toni y una mujer de mediana edad conocida como Madre, esperan noticias de sus familiares que han sufrido un accidente de tráfico. Así que una niña de 12 años, un señor de unos cincuenta y una chica de veintinueve años, viajaban juntos en un coche y los personajes que esperan su recuperación no se explican porque iban juntos, adonde, ni de que se conocían. Sin hallar contestación a sus preguntas y condenados a esperar noticias de los suyos, se va estableciendo una serie de diálogos brillantes que giran en torno a la obsesión de resolver los enigmas, acusaciones cruzadas entre ellos y eventos que forman parte de la existencia de cada uno de ellos. Así vamos desvelando la historia y conociendo las miserias, los errores y el sufrimiento de los protagonistas, hasta el final que se revela todo. El desenlace es brillante. No lo ves venir, pese a su sencillez. Pero, aunque desagradable te deja una grata sensación. Aún hay gente buena en el mundo que le gusta ayudar a los demás.
En resumen, las niñas no deberían jugar al fútbol, es una portentosa obra teatral, muy bien hecha que nos demuestra que la soledad puede hacer extraños compañeros. Y nos recuerda que la muerte siempre está al acecho, Por eso siempre hay que decirle a los nuestros lo que sentimos ante de que sea demasiado tarde.