Resumen y sinopsis de La princesa Nadie de Andrew Lang
La combinación de las ilustraciones de Richard Doyle —encantadoras, sugerentes, deliciosamente fantásticas— con el imaginativo texto de Andrew Lang —prestigioso escritor y gran conocedor del folklore británico— constituye una pequeña obra maestra del género de los libros ilustrados para niños que también cautivan a los mayores.
El escritor escocés Andrew Lang (1844-1912) destacó como crítico, biógrafo y traductor pero, sobre todo, como folclorista. Siendo un personaje influyente de la literatura británica de finales del siglo XIX, de la obra de Lang sobresalen sus recopilaciones de cuentos de hadas del folclore británico, tal y como hicieron los hermanos Grimm en Alemania y Perrault en Francia.
Simplemente precioso, la Princesa Nadie, recuerda a la extensa tradición de cuentos para niños de antaño. Tanto el texto como las maravillosas ilustraciones nos trasladan a un mundo de fantasía, lleno de hadas, gnomos y demás seres fantásticos que nos llevan a rememorar nuestra infancia, aquel tiempo tan feliz donde cualquier recoveco de nuestra casa podía ser la entrada a un mundo de fantasía.
Este libro está hecho por dos artistas increíbles. El trabajo de uno inspiró el del otro. En este caso, Richard Doyle, fue el creador en 1870 de una serie de ilustraciones para un libro titulado El País de las Hadas. Cuando las vió, poco después, Andrew Lang decidió escribir un cuento basado en ellas. Y de ahí surgió La Princesa Nadie.
Desde el punto literario, Lang, ha escrito un cuento con todas las características clásicas. Destaca la obsesión del autor por el detalle y, como en el propio texto, hace referencias a los dibujos, pidiéndonos en algunos momentos que los observemos directamente. Como cualquier cuento, el autor usa un estilo de escritura sencillo pero elegante. Su prosa está muy depurada, con partes de gran belleza lírica, su lenguaje, resulta engañosamente simple, ya que ha sido muy bien escogido, y sus descripciones están supeditadas a los dibujos y, por tanto, no resultan extensivas, ni particularmente brillantes.
Como cualquier cuento antiguo, La Princesa Nadie, nos presenta a un Rey y una Reina que no podían tener hijos. Tras hacer un trato con un Rey gnomo, tienen una niña preciosa a la que llaman Niente, Nadie en italiano. Años más tarde, el gnomo reclama a la princesa en pago para zanjar el trato. Para evitarlo, los reyes mandan a la niña con la Reina de las Hadas, que la mantendrá oculta hasta que un valiente príncipe la rescate. El resto, como suele decirse, es historia y más que obvio, si habéis leído algún cuento en vuestra infancia. El desenlace resulta obvia y previsiblemente feliz, aunque echo de menos alguna lección o moraleja que aprender.
En definitiva, La Princesa Nadie, es una pequeña joya que hará las delicias de los aficionados a los cuentos de todas las edades. Su hermosa historia acompañada de sus coloridas y bonitas ilustraciones alegrará el corazón de todo aquel que lo lea.