Resumen y sinopsis de El espejo de nuestras penas de Pierre Lemaitre
La nueva y esperadísima novela de Pierre Lemaitre, que cierra su soberbia trilogía «Los hijos del desastre» sobre el período de entreguerras
Siete años después de Nos vemos allá arriba, que obtuvo el Premio Goncourt en 2013 y ha vendido más de dos millones de ejemplares, Pierre Lemaitre cierra su soberbia trilogía consagrada al período de entreguerras con El espejo de nuestras penas, una novela épica sobre las grandezas y las miserias de una sociedad aplastada por los vaivenes de una Historia cuyos ecos resuenan todavía hoy.
Primavera de 1940. Louise Belmont, de treinta años, corre desnuda y recubierta de sangre por el bulevar de Montparnasse. Para entender la macabra situación que acaba de vivir, esta joven maestra deberá sumergirse en la locura de un momento histórico sin parangón: mientras las tropas alemanas avanzan de forma implacable hacia París y el ejército francés está en plena desbandada, cientos de miles de personas aterrorizadas huyen en busca de un lugar más seguro. Atrapada en este éxodo sin precedentes, y a merced de las bombas germanas y de los azares del destino, la vida de Louise acabará cruzándose en un campamento del Loira con las de dos soldados desertores de la línea Maginot, un apasionado subteniente fiel a sus principios morales y un histriónico sacerdote capaz de plantar cara al enemigo.
Imaginativa y desbordante, colmada de secretos de familia y giros inesperados, El espejo de nuestras penas es una novela inagotable sobre las peripecias de unos personajes colosales que, enfrentados a los desgarradores efectos de la guerra, luchan por mantener intactas sus ilusiones más íntimas.
Trilogía mediatizada por la brillantez de la primera obra, tan excelsa que ningunea las más que dignas secuelas, como esta última, donde el autor hace confluir las peripecias y minerías de cuatro o cinco personajes en la víspera de la ocupación de Paris. Lo bélico prima aquí sobre otras tonalidades, destacando por encima del resto las figuras de Raoul y Desiré, como aporte granuja y descarado al sesgo más bondadoso del conjunto. No diré que Lemaitre se haya acomodado, pero el cierre de la saga, vaya por delante que dignísimo, se antojaba necesario. Envejecerá más que bien.
Aunque esta novela es el final de una trilogía, se puede leer de manera independiente. Yo no he leído las dos anteriores y he disfrutado esta igualmente. Es una historia de muchas tramas y muchos personajes, construida con cierto tono cinematográfico. Está escrita con una prosa muy visual, tiene ritmo, diálogos vivaces y la dosis justa de humor en un argumento trágico. Un placer su lectura.
Libro muy entretenido, rápido, claro y directo. Me gustó más el primer libro de la trilogía, éste se aleja más del estilo de Pierre Lemaitre, llegando a ser ñoño. lo peor es el epílogo.
La tercera parte de la trilogía de entreguerras de Pierre Lemaitre corona con maestría lo que las dos anteriores iniciaron. La historia comienza poco antes de la ocupación de Francia por las tropas alemanas. El elenco de personajes que se nos presentan es, sencillamente, glorioso. Louise Belmont, maestra y camarera de fin de semana en un antiguo restaurante con plato único, Raoul Landrade, soldado y trilero, capaz de sacar dinero de cualquier situación, y Desiré, de apellido real desconocido, capaz de suplantar tanto a un abogado como a un historiador y locutor de radio, e incluso a un sacerdote que se hace cargo de los refugiados que huyen de los alemanes en la Francia de hecho derrotada.
Lemaitre combina hechos reales, como la radio patriótica, el desastre de la línea Maginot, la destrucción de miles de millones de francos en billetes y el éxodo disparatado de un grupo de presos desde París hasta Orleans, con una historia familiar en torno a Louise y su medio hermano, o el intento de un subteniente de hacerse con dinero para llevar a su mujer, enferma de corazón, a Persia.
Lemaitre combina un humor escurridizo con auténticos dramas, hechos reales con situaciones grotescas, y lleva la trama con arte hasta un final apoteósico, seguido de un epílogo para saciar el hambre del lector, que ha ido cogiendo cariño a los personajes. El personaje de Raoul, en especial, me recuerda al lazarillo de Tormes. Y a Desiré, todo un maestro de la suplantación y de saber «leer» las situaciones en que se encuentra, se le perdona incluso que se haga pasar por sacerdote, pues logra salvar la vida y la salud a una gran cantidad de refugiados.
Buen relato, el éxodo y el trasfondo dela crisis francesa bien reseñada, la historia humana bien coordinada, muy entretenida novela y aleccionadora
Buenos personajes, marca de la casa. Pero esta vez la historia es un poco floja deja muchos pasajes en manos de la casualidad y eso una vez bien, pero varias queda un poco regular.